Corea del Norte ha notificado a Japón su intención de lanzar un nuevo satélite antes del 4 de junio, según anunció el Gobierno japonés el lunes. Este aviso llega justo antes de una cumbre tripartita entre Japón, Corea del Sur y China en Seúl, y establece tres áreas marítimas como zonas de peligro debido a la posible caída de restos del cohete.
En respuesta, el director general para Asia y Oceanía de la Cancillería nipona, Hiroyuki Namazu, el Director General para Asuntos Nucleares surcoreano, Lee Jun-il, y la vicesecretaria de Estado estadounidense para Asia Oriental y el Pacífico, Jun Pak, mantuvieron una reunión telemática. Las tres partes condenaron el lanzamiento, citando violaciones a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben a Corea del Norte cualquier uso de tecnología de misiles balísticos.
El anuncio de Corea del Norte sigue a un aumento de actividad en su base de lanzamiento en Tongchang-ri, lo que sugiere preparativos para el lanzamiento. Además, se ha informado que técnicos rusos han visitado Corea del Norte recientemente, lo que indica una posible cooperación entre Moscú y Pionyang en el ámbito espacial.
Japón activó temporalmente su sistema de alerta J-Alert en la prefectura de Okinawa tras la detección del lanzamiento de un cohete por parte del ejército surcoreano. Sin embargo, la alerta fue levantada minutos después, lo que sugiere que el cohete podría haber fallado antes de alcanzar la órbita baja terrestre.
En resumen, la situación ha generado una fuerte reacción internacional debido a las implicaciones de seguridad y las violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. La cooperación entre Corea del Norte y Rusia también añade una dimensión adicional a la preocupación regional e internacional.