Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó esta semana un comunicado invitando a los gobiernos a dejar de incentivar los cultivos de tabaco y a impulsar otros que puedan procurar alimento a millones de personas. La organización recuerda que más de 300 millones de personas se enfrentan a inseguridad alimentaria en el mundo, mientras más de 3 millones de héctareas se utilizan para cultivar tabaco.
Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el tabaco es responsable de 8 millones de muertes cada año, mientras que numerosos países prestan ayuda financiera a los agricultores que cultivan esta sustancia.
El tabaco no solo es nocivo para los consumidores, sino también para los agricultores que lo cultivan. No en vano, "se ven expuestos a plaguicidas químicos, humo de tabaco y tanta nicotina como la de 50 cigarrillos, lo que provoca enfermedades pulmonares crónicas por nicotina", según el Director de Promoción en Salud de la OMS, Dr. Ruediger Krech. También se estima que más de un millón de niños trabajan en cultivos de tabaco, perdiendo muchos de ellos la posibilidad de recibir educación formal.
Brasil, China y la India lideran la producción de tabaco con alrededor del 55 % de la producción mundial. Le siguen Indonesia, Turquía, Tanzania, Estados Unidos y Zimbabue.
El informe de la OMS, titulado 'Cultiva alimentos, no tabaco', también constata la expansión de las tabacaleras en África, que desde 2005 han experimentado un aumento del 20 % en todo el continente. Mientras los cultivos de tabaco han disminuido en países industrializados, las tabacaleras buscan nuevos destinos y agricultores, que se ven atrapados en deudas para seguir produciendo estos cultivos.
En este contexto, la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) apoyan la iniciativa 'Granjas sin Tabaco', que brindará ayuda a más de 5.000 agricultores de Kenia y Zambia para que cultiven productos sostenibles en lugar de tabaco
La OMS también ha llevado a cabo un convenio para promover alternativas económicamente viables para los trabajadores y cultivadores de tabaco, a fin de dar prioridad a la salud, a los ecosistemas y a la seguridad alimentaria en el mundo.