Rusia denunció este viernes que ocho drones kamikaze ucranianos intentaron atacar la central nuclear de Novovorónezh, un complejo energético situado en la región de Vorónezh, durante la noche del 12 al 13 de noviembre. La información fue ofrecida por Alexéi Lijachov, director general de la corporación estatal Rosatom, tras un encuentro en Kaliningrado con Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Según Lijachov, “no hay duda alguna” de que los aparatos estaban dirigidos hacia la planta y aseguró que todas las aeronaves fueron derribadas o neutralizadas gracias al sistema de defensa antiaérea y medios de guerra electrónica desplegados en la zona.
Daños y funcionamiento de la planta
El gobernador de la región de Vorónezh, Alexánder Gúsev, informó que la caída de los restos de uno de los drones causó daños en equipos eléctricos próximos a la central. Como medida de seguridad, varias unidades energéticas se desconectaron automáticamente de la red, mientras que otra continuó operando a plena capacidad.
Gúsev aseguró que en la actualidad todas las unidades funcionan con normalidad y que los niveles de radiación no han sufrido variaciones, ni en el interior de la central ni en las áreas circundantes.
Precedentes y postura rusa
Las autoridades rusas denunciaron que este no sería el primer intento de ataque ucraniano contra instalaciones nucleares del país. Lijachov agradeció al personal de la planta y a los servicios de emergencia por lo que calificó como un trabajo “preciso y coordinado” para evitar daños mayores y mantener la operación segura de la central.
El incidente ocurre en medio de un contexto de escalada en el uso de drones kamikaze y ataques a infraestructura crítica entre ambos países, en una guerra que continúa extendiendo riesgos más allá del frente militar y hacia sectores estratégicos como la energía y la seguridad nuclear.














