España y Argentina están atravesando la peor crisis diplomática de los últimos tiempos después de la visita del presidente argentino, Javier Milei, a Madrid del pasado fin de semana y su participación en un evento organizado por el partido de extrema derecha español Vox, en el que también intervinieron otras figuras internacionales de ese ámbito ideológico, como la primera ministra italiana, Georgia Meloni, y la política francesa Marine Le Pen.
Milei atacó al presidente del Gobierno de España y a su mujer, a la que llamó "corrupta", aunque toda su intervención estuvo trufada de frases agresivas, llamando "zurdos" y otros calificativos despectivos a los ciudadanos progresistas españoles.
Por la parte española el encontronazo se ha saldado con una crisis diplomática, primero con la llamada a consultas de la embajadora en Buenos Aires y después, este martes, con su retirada definitiva. Por el lado argentino, se rechaza el conflicto diplomático y se aduce que se trata de una cuestión estrictamente personal, según aseguró el vocero presidencial Manuel Adorni.
El bloque de la investidura arropa a Sánchez
La polémica suscitada con Argentina, con un Milei que de vuelta a su país ha seguido engordando los improperios dirigidos a Sánchez, como autoritario, arrogante o cobarde -llegó a decir que se esconde detrás de las faldas de sus ministras-, ha provocado un efecto de cierre de filas en torno a la figura del presidente español.
Sánchez llevaba unas semanas siendo cuestionado después del movimiento que realizó el mes pasado denunciando que él y su esposa estaban siendo víctimas de una campaña de acoso por parte de la derecha y ultraderecha mediática y política.
En aquel entonces se tomó cinco días de reflexión para evaluar su continuidad en el cargo, periodo tras el que aseveró que continuaría siendo presidente del Gobierno el resto de la legislatura e incluso estaba dispuesto a una nueva reelección.
Si bien en las formaciones políticas más afines ideológicamente se compartía el análisis en cuanto a lo que se ha llamado "máquina del fango", referido a la estrategia de difamación mediática que luego es aprovechada por organizaciones de extrema derecha para abrir causas en los juzgados, el desenlace no satisfizo a varias de ellas.
Se criticaba que la denuncia no hubiera sido seguida del emprendimiento de acciones concretas y que parecía tratarse más bien de una treta electoral de cara a las próximas elecciones al Parlamento europeo que se celebrarán el próximo 9 de junio, con el objetivo de movilizar al electorado socialista.
Tras los ataques de Milei, esas críticas han desaparecido y en su lugar han salido los portavoces de los aliados parlamentarios -Sumar, EH Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) o el Partido Nacionalista Vasco (PNV)- ha respaldar al presidente, si bien, con matices.
Asimismo, también han quedado en un segundo plano un par de fracasos legislativos que, en otras circunstancias, habrían supuesto un duro varapalo para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) liderado por Sánchez.
El primero de ellos ha sido el rechazo de todo el Congreso a la toma en consideración de la proposición de ley para luchar contra el proxenetismo que presentaron los socialistas este martes, en un segundo intento tras el de la pasada legislatura. Incluso sus socios en el Gobierno, Sumar, votaron en contra.
El segundo de ellos se ha producido este mismo jueves, cuando el PSOE ha tenido que retirar en el último momento su propuesta de ley del suelo, para evitar que fuera tumbada también con los votos de Sumar, haciendo pública una mayor quiebra en el seno del Gobierno bicolor.
Críticas desde la oposición
No ha sido cierre de filas lo que ha escenificado la oposición, sin embargo. El ultraderechista Vox no ha dudado en cargar contra Sánchez y ponerse del lado del presidente de Argentina, mientras que el principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), si bien no ha refrendado al líder socialista, ha evitado usar un tono crudo en sus críticas optando por un perfil bajo en este asunto.
Mientras, el barómetro publicado este jueves por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sitúa al PSOE cinco puntos por delante del PP en la intención de voto de los españoles para los próximos comicios europeos, con entre el 32,8 % y el 35,2 % de los sufragios, convirtiéndose en la formación más votada.
La crisis con Argentina, que muchos tachan de sobreactuación, incluido el PP, ha servido para dirigir el debate público de los últimos días, convirtiéndose en el tema que más horas ha acaparado en los noticiarios y debates en los medios.
Solidaridad desde el exterior
Sánchez, además, también ha recibido el apoyo de otros líderes internacionales afines. El Partido de los Trabajadores de Brasil emitió un comunicado el lunes para solidarizarse con Pedro Sánchez y su esposa ante los ataques personales que "buscan ratificar prácticas de 'lawfare', promover noticias falsas y provocar inestabilidad política".
Mensajes similares ha recibido el mandatario español del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; del de Colombia, Gustavo Petro, y del expresidente de Argentina, Alberto Fernández.
Así, con el foco puesto en la política exterior y la política doméstica difuminada, Sánchez podría buscar que la polémica afecte tanto a PP como a Vox, y que éste, tercero en las encuestas, rasque votos a los populares, aumentando sus posibilidades de alcanzar la victoria dentro de dos semanas.