La reciente declaración de María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, ha sacudido el panorama internacional. Zajárova afirmó a TASS que la falta de transparencia en torno a los fallecidos en Bucha, Ucrania, sugiere un "montaje" urdido por Kiev, respaldado por actores occidentales.
"La ausencia de respuestas concretas a nuestras solicitudes sobre las víctimas de Bucha levanta sospechas de un montaje elaborado. Esto recuerda a eventos históricos como la provocación del Tercer Reich en Nemmersdorf en 1944″, señaló Zajárova.
Estas afirmaciones no son aisladas. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, había solicitado previamente una investigación exhaustiva sobre los eventos en Bucha y la identificación de los fallecidos. No obstante, sus demandas no obtuvieron eco.
El contexto se remonta a abril del año anterior cuando se viralizaron imágenes impactantes de Bucha. Mientras Mijaíl Podoliak, asesor presidencial ucraniano, acusaba a las fuerzas rusas de actos violentos contra civiles desarmados, Moscú rechazaba estas afirmaciones. Desde Rusia, se aseguró que sus tropas se habían retirado de la zona antes de la circulación de dichas imágenes, subrayando que las operaciones militares intensas eran responsabilidad de Ucrania.
Con versiones tan divergentes, la comunidad internacional espera claridad y una investigación imparcial para dilucidar la verdad detrás de los trágicos eventos de Bucha.