La Justicia de Estados Unidos ha ampliado las acusaciones en contra del congresista republicano de Nueva York, George Santos. Santos enfrenta múltiples cargos relacionados con presuntas irregularidades en la financiación de su campaña y engaño al Congreso en cuanto a su patrimonio, entre otros delitos.
Los nuevos cargos presentados ante un tribunal de Nueva York incluyen fraude electrónico, emisión de declaraciones falsas a la Comisión Federal de Elecciones (FEC), conspiración para cometer delitos contra el país y robo de identidad agravado. Estos se suman a los cargos previamente presentados en mayo, que abarcaban fraude electrónico, lavado de dinero, malversación de fondos públicos y emisión de declaraciones falsas ante la Cámara de Representantes. En total, Santos enfrenta un total de 23 acusaciones.
El fiscal para el Distrito Este de Nueva York, Breon Peace, detalló que "Santos está acusado de robar identidades de personas y realizar cargos en las tarjetas de crédito de sus propios donantes sin su autorización". Además, se reveló que "infló falsamente los ingresos declarados por la campaña con préstamos y contribuciones inexistentes que fueron inventados o sustraídos". Peace también advirtió que se tomará medidas contra cualquier persona que "utilice el proceso electoral como una oportunidad para estafar al público" y a las "instituciones gubernamentales".
La próxima audiencia a la que Santos ha sido citado, y donde también enfrentará cargos por mentir en su currículum, está programada para el 27 de octubre próximo.
El esquema fraudulento orquestado por Santos y su tesorera, Nancy Marks, según el tribunal, tenía como objetivo obtener financiación para la campaña mediante la presentación de informes falsos a la FEC, inflando las cifras de recaudación. Esto se hacía con el fin de garantizar que Santos cumpliera con los requisitos necesarios para recibir apoyo financiero y logístico a través de un programa administrado por el comité nacional republicano.
Para lograrlo, informaron a la FEC que familiares de Santos y Marks habían realizado contribuciones financieras significativas, aunque estas afirmaciones eran falsas. También mintieron al afirmar que Santos había aportado una gran cantidad de dinero a la campaña, alardeando de sumas cercanas a los 500,000 dólares, cuando en realidad su cuenta bancaria apenas alcanzaba los 8,000 dólares.
Cuando Santos no logró cumplir con los requisitos del programa de apoyo del partido, comenzaron a utilizar tarjetas de crédito de manera fraudulenta, un esquema que se extendió desde diciembre de 2021 hasta agosto de 2022. El congresista está siendo acusado de cargar más de 44,000 dólares a su campaña a través del uso indebido de las tarjetas de sus contribuyentes, sin su autorización. En un caso particular, realizó cargos por valor de 12,000 dólares en una de estas tarjetas y transfirió la mayor parte del dinero a su cuenta bancaria personal.