(Actualidad Rt).- Un equipo de científicos australianos ha alcanzado un avance significativo al descubrir la posibilidad de identificar la enfermedad de Parkinson mucho antes de que aparezcan los síntomas motores evidentes.
La enfermedad de Parkinson, reconocida por ser complicada de diagnosticar hasta que sus síntomas se vuelven notorios, suele desencadenar la destrucción de hasta un 85% de las neuronas responsables de la coordinación motora en el cerebro. Kevin Barnham, un destacado investigador y profesor del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, afirmó que, en ese punto, muchos tratamientos se vuelven ineficaces.
Para demostrar la capacidad de detectar esta afección neurológica en sus etapas iniciales, los especialistas se enfrentaron a uno de los mayores desafíos médicos: el rastreo preciso de la neurodegeneración. Implementaron un biomarcador utilizando tomografías por emisión de positrones (PET), escaneando a 26 pacientes con Parkinson, un grupo de control de 12 individuos y 11 personas con trastorno de conducta del sueño REM, un desorden que se manifiesta con movimientos oculares rápidos y que se ha descubierto en la mitad de las personas afectadas por el Parkinson, según el Instituto Florey.
Los resultados del estudio, publicados este martes en la revista científica Neurology, indican que la pérdida neuronal se desarrolla lentamente durante aproximadamente 33 años antes de que la enfermedad de Parkinson sea detectable en una exploración por PET. Después de este punto, se necesitarán otros seis años y medio para que los síntomas motores se manifiesten y tres años adicionales para obtener un diagnóstico definitivo.
En este contexto, los científicos afirman que la pérdida neuronal se produce durante unos 22,5 años antes de que los síntomas clínicos sean lo suficientemente evidentes para un diagnóstico. Barnham señaló que, aunque a menudo se percibe como una afección relacionada con la vejez, la enfermedad de Parkinson, en realidad, tiene su inicio en la mediana edad y puede pasar desapercibida durante décadas.
El objetivo a largo plazo de los científicos es detectar la enfermedad mucho antes y tratar a las personas antes de que se produzcan daños significativos. Según Barnham, este hallazgo allana el camino para desarrollar programas de detección que permitan diagnosticar y tratar la enfermedad hasta 10 años antes de lo que actualmente es posible.