(Actualidad Rt).- El director de cine estadounidense Woody Allen criticó la cultura de la cancelación por la denuncia de abuso sexual en su contra que hizo su hija adoptiva Dylan Farrow y aunque reveló que no lo afecta en su trabajo, sí admitió que la forma de presentar sus películas ha sufrido un "gran cambio".
En el marco del Festival Internacional de Cine de Venecia, donde promociona su último film, 'Golpe de suerte', el cineasta brindó el pasado domingo una entrevista a Variety, en la que al ser consultado sobre si se siente "cancelado" respondió: "No pienso en eso. No sé lo que significa ser cancelado. Sé que a lo largo de los años todo ha sido igual para mí. Hago mis películas. Lo que ha cambiado es la presentación de las películas".
"Creo que cualquier movimiento donde haya un beneficio real, donde haya algo positivo, digamos para las mujeres, es algo bueno. Cuando se vuelve tonto, es tonto", expresó Allen, quien a la vez agregó: "Leí casos en los que es muy beneficioso, donde la situación ha sido muy beneficiosa para las mujeres y eso es bueno. Cuando leo algunos casos en una historia en el periódico donde es tonto, entonces es una tontería".
En el mismo sentido, explicó que una "tontería" es cuando "en realidad no se trata de una cuestión feminista o de injusticia hacia las mujeres", sino "cuando es demasiado extremo tratar de convertirlo en un problema cuando, de hecho, la mayoría de la gente no lo consideraría como ningún tipo de situación ofensiva".
La denuncia
Dylan, a quien había adoptado junto con Mia Farrow, compartió una carta abierta en el 2014 en la que detalló los supuestos abusos sexuales a los que la sometió Allen en 1992, cuando tenía 7 años. Según dijo, su padrastro la llevó a un altillo de su vivienda y allí la sometió.
Sin embargo, Allen siempre rechazó las acusaciones. "Mi reacción ha sido siempre la misma", dijo y recordó que la causa estuvo en manos de "dos cuerpos de investigación principales" y "ambos, tras largas y detalladas investigaciones, concluyeron que no había mérito para estos cargos".
"No sé qué puedes hacer además de investigarlo, lo cual hicieron tan meticulosamente", continuó el cineasta y añadió: "Hablaron con todos los interesados y llegaron exactamente a la misma conclusión". "No había nada de eso", concluyó.
Por otra parte, durante la entrevista Allen sugirió que a sus 87 años está cerca del retiro, por lo que 'Golpe de suerte', su película número 50, podría ser uno de sus últimos proyectos, reconociendo los problemas que tiene en EE.UU. para lograr financiación para sus trabajos.