Un final caliente se vivió en el partido que las selecciones de fútbol de EE.UU. y Canadá disputaron el domingo 9 de julio por los cuartos de final de la Copa de Oro de la Concacaf. Tras algunas discusiones por una infracción cometida en la última jugada de la etapa inicial, la pelea siguió rumbo a los vestuarios.
Cuando el árbitro mexicano Marco Antonio Ortiz decidió finalizar el primer tiempo, con el partido sin goles en el Estadio TQL de Cincinnati, Ohio (EE.UU.), no pudo evitar que jugadores de ambos equipos protagonizaran un altercado en el campo de juego.
Rumbo a los vestuarios los ánimos no se calmaron, ya que dentro del túnel continuaron los empujones y los gritos entre los futbolistas, que tuvieron que ser separados, aunque no se produjeron agresiones mayores.
Después de los incidentes, el partido continuó sin ningún tipo de sanción disciplinaria y luego del 1-1 en los 90 minutos, igualaron 2-2 en el tiempo suplementario. Entonces, fueron a penales y en la definición se impuso el conjunto estadounidense 3-2, con lo que se clasificó para disputar la semifinal de la Copa de Oro, instancia en la que enfrentará a Panamá.