Felipe Silveira, amigo y asesor del futbolista Vinícius Júnior, denunció un caso de racismo por parte de un guardia de seguridad en un estadio en la ciudad española de Barcelona, poco antes de partido entre Brasil y Guinea el pasado fin de semana.
Según O Globo, Silveira, de 27 años, entraba en el estadio del Espanyol de Barcelona, en el municipio de Cornellà, cuando el guardia de seguridad sacó una banana del bolsillo del pantalón, y le espetó:"¡Levanta los brazos que es mi pistola!".
Inmediatamente, Silveira y otras tres personas que le acompañaban exigieron la presencia de la Policía, que abrió una investigación sobre lo sucedido.
"La lucha contra el racismo, un crimen que debe cesar en todo el mundo, también es la razón por la que estamos aquí", escribió en una nota en las redes sociales Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
También Vinícius condenó al acto racista: "Mientras jugaba con la ya histórica camiseta negra y me emocionaba, mi amigo fue humillado en la entrada del estadio. El trato fue triste, en todo momento dudaron de la escena surrealista que sucedió. Los bastidores son repugnantes. Pero para hacer todo público, pregunto a los responsables: ¿Dónde están las imágenes de las cámaras de seguridad?".
El episodio ocurrió durante la celebración de un partido para simbolizar el fin del racismo en el fútbol. Antes de que comenzara el juego, los futbolistas guardaron un minuto de silencio junto al público.
Por primera vez en 109 años de historia, la selección brasileña jugó vestida completamente de negro y ganó a Guinea por 4 a 1.
En mayo, la estrella madridista fue víctima de insultos racistas durante el partido de la Liga española contra el Valencia en el estado Mestalla, donde muchos aficionados agredieron al jugador negro con insultos y gestos de mono.
Este caso dio la vuelta al mundo y generó una gran indignación entre jugadores, clubes, políticos y oenegés. Pero es uno más de los que acontecen a menudo entre aficionados de muchas ligas profesionales.
El caso Vinícius motivó que el Gobierno brasileño, que ha hecho de la lucha contra el racismo una de sus banderas, interviniera con un pedido a las autoridades españolas para que adopten medidas contra ataques similares, tristemente habituales en el fútbol del país europeo.