El fuerte terremoto de magnitud 7,7 que sacudió esta madrugada Turquía ha dejado casi 1.400 muertos, al menos 912 muertos y más de 5.300 heridos sólo en ese país, según informó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en una valoración de los daños.
En Siria, hasta el momento se han informado de otros 473 muertos y 1.382 heridos. En las zonas controladas por el Gobierno sirio los fallecidos son 326, además de más de mil heridos, mientras que en las áreas controladas por la oposición las víctimas mortales suman 147 y más de 300 heridos.
Este sismo, según Erdogan, es el segundo más fuerte que ha sacudido el país en el último siglo, y debido a que los trabajos de rescate están en marcha no quiso dar una cifra total de posibles víctimas.
“Es el segundo más fuerte desde el terremoto de Erzincan de 1939. Según las últimas evaluaciones es de 7,7. Hay graves daños también en las zonas vecinas de Siria”, dijo el presidente turco.
Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
Erdogan señaló que se habían registrado derrumbes o daños graves en más de 2.800 viviendas y que se había conseguido rescatar con vida a 2.470 personas de los escombros.
El sobresalto sacó de la cama a las 1.17 GMT a miles de personas a ambos lados de la frontera, con el sismo derribando edificios en un área amplísima de cientos de kilómetros que va desde el norte de Siria, desde ciudades como Alepo, hasta el sureste de Turquía, donde ha resultado afectada la mayor ciudad turca de la región, Diyarbakir.
El epicentro del sismo se halló en Pazarcik en la provincia de Kahramanmaras, según el servicio de emergencias turco Afad, aunque el observatorio sísmico de Kandilli lo ubica en Sofalici, en la provincia vecina de Gaziantep, unos 40 kilómetros más al sur.
La fuerza del terremoto la situó en 7,8 el Servicio Geológico de Estados Unidos, mientras que Afad lo establece en 7,7.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del sismo es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor.
En Siria, inmersa en más de una década de guerra civil, la zona afectada se divide entre el territorio controlado por el gobierno y el último enclave del país controlado por la oposición, que está rodeado por fuerzas gubernamentales respaldadas por Rusia.
Así, el seísmo ha dejado al menos 473 muertos y 1.382 heridos, en su mayoría en zonas controladas por el Gobierno del presidente, Bachar al Asad, donde se han contabilizado hasta el momento 326 fallecidos y 1.042 heridos, según el último recuento ofrecido por la agencia oficial de noticias SANA.
Por otro lado, en la provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor del país, y en partes de la vecina Alepo que también se escapan al control de Damasco se han registrado otras 147 víctimas mortales y más de 340 heridos adicionales, de acuerdo con el grupo de rescatistas Cascos Blancos.
Estas zonas opositoras son fronterizas con Turquía y se encuentran más cerca del epicentro, por lo que la diferencia en el balance podría deberse a su menor capacidad de coordinar el recuento al no haber única autoridad gubernamental a cargo de las operaciones de rescate.