La empresa estatal Tsentrenergo anunció este sábado que todas las centrales térmicas estatales de Ucrania han salido de operación, dejando la generación térmica en “generación cero”.
En un comunicado, la compañía reconoció que:
se ha detenido por completo la producción de energía en estas centrales, perdiéndose incluso lo que había sido restaurado “día y noche” en los últimos meses.
Tsentrenergo afirmó que se trata del ataque de mayor envergadura contra las centrales térmicas del país desde el inicio del conflicto, y añadió que una empresa privada del sector también reportó daños significativos en una de sus plantas.
Este nuevo impacto se suma a la degradación progresiva de la infraestructura energética ucraniana, que en los últimos años ha sufrido daños recurrentes en centrales térmicas, subestaciones y redes de transmisión a raíz de los bombardeos.
Ataques con misiles hipersónicos Kinzhal
De forma paralela, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este sábado un ataque múltiple con misiles hipersónicos Kinzhal lanzado durante la madrugada contra:
- Plantas de la industria militar ucraniana, y
- Instalaciones de infraestructura energética que abastecen a estas fábricas.
Según Moscú, estos ataques forman parte de una campaña dirigida contra instalaciones militares y energéticas ucranianas y la infraestructura vinculada a las Fuerzas Armadas de Ucrania, y se realizan —asegura el Kremlin— en respuesta a acciones que califica como “crímenes terroristas” de Kiev contra la población civil.
Las autoridades ucranianas han denunciado en múltiples ocasiones que estos golpes contra el sistema energético buscan presionar a la población y generar apagones masivos, especialmente de cara a los meses fríos, mientras que Rusia sostiene que sus objetivos son estrictamente militares y estratégicos.
Impacto en el sistema eléctrico ucraniano
El anuncio de Tsentrenergo supone un nuevo desafío para un sistema energético que ya venía seriamente afectado por ataques previos. En años anteriores, las autoridades de Kiev llegaron a denunciar la destrucción de un alto porcentaje de sus centrales termoeléctricas de carbón, así como daños críticos en subestaciones clave y líneas de transmisión.
Si bien Ucrania mantiene otras fuentes de generación —como centrales hidroeléctricas, renovables y nucleares—, la salida total de las centrales térmicas estatales:
- Reduce el margen de maniobra para cubrir picos de demanda.
- Aumenta la dependencia de otros tipos de generación y del apoyo internacional en equipos, generadores y asistencia técnica.
Gobiernos europeos y aliados de Kiev han advertido que la destrucción reiterada de infraestructura energética tiene un impacto directo en hogares, hospitales, transporte y producción industrial, lo que obliga a acelerar planes de reconstrucción y diversificación de la matriz energética ucraniana.














