El presidente venezolano Nicolás Maduro aprovechó la celebración de la IV Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) para lanzar una dura advertencia sobre el papel de Estados Unidos en la región. En un mensaje dirigido a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Santa Marta, Colombia, sostuvo que en el Caribe se está aplicando una versión renovada de la Doctrina Monroe, con la que Washington —dijo— busca provocar cambios de gobierno en América Latina y asegurar el control de sus riquezas naturales.
Maduro cuestionó el amplio despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, presentado por la Casa Blanca como una operación contra el crimen organizado y el narcotráfico. Recordó que esa presencia incluye portaaviones, destructores con misiles y submarinos nucleares, y denunció que desde esa plataforma se han realizado bombardeos contra pequeñas embarcaciones tanto en el Caribe como en el Pacífico, con un saldo de decenas de muertos, hechos que calificó como violatorios del derecho internacional y del respeto a la vida humana.
El mandatario venezolano sostuvo que frente a un despliegue de fuerza de tal magnitud “no caben medias tintas” y afirmó que están en juego tanto la soberanía de los Estados como el principio de autodeterminación de los pueblos. En nombre de su gobierno, reiteró que Venezuela no acepta ni aceptará tutelaje de ninguna potencia y reivindicó la llamada Doctrina Bolivariana, que, según dijo, se basa en la defensa de la independencia, la unión regional y la emancipación de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
En ese contexto, Maduro pidió a los países de la Celac unir posiciones y hablar con una sola voz frente a la militarización de las aguas del Caribe. Llamó a los gobiernos a exigir el cese inmediato de los ataques y amenazas militares, a proclamar a América Latina y el Caribe como zona de paz y a reclamar investigaciones independientes sobre los bombardeos contra lanchas rápidas, cuestionados por mecanismos de derechos humanos de la ONU y por gobiernos de la región.
El mandatario también planteó la necesidad de avanzar en mecanismos regionales de cooperación humanitaria y defensa colectiva que permitan proteger las aguas, las costas y las comunidades del Caribe frente a acciones que consideró desproporcionadas y contrarias al derecho internacional humanitario.
Maduro aprovechó su mensaje para reiterar su condena al bloqueo contra Cuba, al que calificó de “criminal e inhumano”, y denunció su permanencia en listas elaboradas por Estados Unidos que etiquetan a la isla como patrocinadora del terrorismo. Insistió en que esas medidas violan la Carta de las Naciones Unidas y lesionan de forma directa los derechos económicos y sociales del pueblo cubano.
En la misma línea, exigió el levantamiento de todas las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra países de la región, tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea. A su juicio, las sanciones, aunque se presenten como acciones dirigidas a individuos, terminan afectando a las economías nacionales y frenando el desarrollo. Por ello, reclamó relaciones horizontales, diálogo en igualdad de condiciones y cooperación para la reconstrucción, en lugar de castigos económicos y aislamientos políticos.
El jefe de Estado venezolano enmarcó estas denuncias en un clima de tensión creciente con Washington. Recordó que en los últimos meses Estados Unidos desplegó buques de guerra, un submarino, aviones de combate y efectivos militares cerca de las costas venezolanas, con el argumento de combatir el narcotráfico. Señaló que, en paralelo, el gobierno estadounidense lo acusa sin pruebas de liderar un supuesto cartel de drogas e incluso duplicó la recompensa por información que conduzca a su arresto.
Maduro también mencionó las declaraciones del presidente Donald Trump, quien reconoció haber autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela, algo que, según el mandatario, solo confirma décadas de injerencia y conspiraciones contra los gobiernos de Hugo Chávez y del propio Maduro.
La postura venezolana ha recibido apoyo de algunos aliados internacionales. El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha advertido en el Consejo de Seguridad que las maniobras militares estadounidenses en el Caribe no se limitan a ejercicios ordinarios, sino que forman parte de una campaña de presión política, militar y psicológica contra un Estado soberano.
Maduro cerró su mensaje insistiendo en que los países latinoamericanos y caribeños deben defender la región como zona de paz, rechazar la militarización, oponerse a los bloqueos y sanciones y reforzar los mecanismos de cooperación regional para proteger a sus pueblos y recursos naturales.













