La administración de Donald Trump respondió este jueves 18 de julio a las fuertes declaraciones realizadas por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien en una entrevista reciente criticó al mandatario estadounidense por imponer aranceles del 50% a productos brasileños sin previo diálogo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, sostuvo que el presidente Trump “no pretende ser el emperador del mundo”, sino un “líder fuerte para Estados Unidos y del mundo libre”, en alusión a la creciente influencia global de la Casa Blanca bajo su segundo mandato.
Una carta, una investigación y un conflicto en ascenso
Leavitt confirmó que Trump envió una carta personal a Lula anunciando los aranceles, y además instruyó al jefe del Representante Comercial de EE.UU., Jamieson Greer, a iniciar una investigación contra Brasil bajo la sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, alegando prácticas desleales en áreas como tecnología, medio ambiente y propiedad intelectual.
Según EE.UU., las “regulaciones digitales poco claras” y la “tolerancia a la deforestación ilegal” por parte de Brasil perjudican a empresas y productores norteamericanos.
Lula responde con fuerza: “No acepto órdenes de un gringo”
Lula, por su parte, dijo estar sorprendido por el tono y contenido de la carta, e insistió en que Trump “rompe todo protocolo entre jefes de Estado”. Durante una entrevista con CNN, afirmó: “Trump fue elegido para gobernar EE.UU., no para actuar como emperador del mundo”.
Rechazó de plano la supuesta exigencia de Trump de suspender el juicio contra Jair Bolsonaro como condición para iniciar un proceso de negociación comercial. “Leí la carta. Pensé que era una noticia falsa”, dijo Lula, visiblemente indignado.
Un tono diplomático cada vez más tenso
Este nuevo cruce eleva la tensión diplomática entre Brasil y EE.UU. y podría marcar un giro en la política exterior de ambos países, especialmente con los BRICS buscando mayor independencia frente a Washington.
La Casa Blanca, en tanto, ha mantenido un tono firme pero sin descartar canales diplomáticos. Lula concluyó su intervención asegurando que Brasil responderá “en el momento oportuno” y con la “dignidad de un país soberano”.