Por Martha González (ElEconomista.ES)
El sector cripto no gana para disgustos. Cuando parecía que las aguas se habían calmado tras el desplome experimentado a mediados de año, la plataforma de criptomonedas FTX se ha declarado oficialmente en bancarrota debido a sus problemas de liquidez. Un nuevo golpe que ha arrastrado consigo a la principal criptomoneda por valor de mercado, el bitcoin, en lo que ya supone el quinto mayor colapso de todos los tiempos y el principal desde 1970, según Bank of America (BofA).
En apenas un año, el precio del bitcoin ha caído un 77%, pasando de los 69.000 dólares a apenas superar los 16.500 dólares. Como pionera y principal referencia de las criptodivisas – supone cerca del 40% del total del mercado-, su retroceso ha arrastrado al conjunto del sistema. Así, la capitalización del mercado de criptomonedas se ha reducido en más de 2,1 billones de dólares, hasta los 900 millones de dólares.
BofA toma como referencia las caídas desde sus máximos recientes para elaborar una tabla clasificatoria donde el desplome del bitcoin se sitúa en el quinto lugar histórico de mayores debacles financieras. Así, su retroceso supera al 'Lunes Negro' de 1987, la explosión de la burbuja inmobiliaria en Japón en la década de 1980, o el desplome del mercado de valores de Arabia Saudí en 2006, en cuanto a colapsos financieros se refiere.
Sin embargo, lo que más llama la atención es que han logrado superar a la burbuja de las puntocom, con la que han sido comparadas con frecuencia. En ese caso, la apuesta de los inversores por las empresas tecnológicas hizo subir el Nasdaq un 375% en tan solo dos años, pero luego cayó un 76% debido a la ausencia de un plan de negocio de las mismas. Como consecuencia, se perdieron miles de millones de dólares.
En cuarta posición se encuentra el boom inmobiliario de 2005 en EEUU, según recoge Fortune. Tras años de escalada de los precios, la venta de viviendas se desplomó y, con ella, el valor de las acciones de los constructores inmobiliarios. Una caída del 83% que dio pie a la mayor crisis económica y financiera de este siglo.
Aunque pueda sorprender, dado que llegó a considerarse un "apocalipsis financiero", la Gran Depresión no ostenta el primer puesto, sino el tercero. Para la economía estadounidense, la década de 1920 fue un periodo de bonanza que terminó drásticamente el 24 de octubre de 1929. Ese día, los inversores, presas del pánico, se lanzaron a vender sus acciones, provocando que el Dow Jones -cuyo valor se había disparado un 281% desde 1927- se hundiera casi un 90%. A este acontecimiento le siguió una crisis económica que se prolongó en EEUU hasta 1934.
En segundo lugar está la conocida como burbuja del Mar del Sur del siglo XVIII. En 1711, se fundó The South Sea Company para controlar y reducir la deuda nacional de Gran Bretaña, así como para ayudar a aumentar su comercio de esclavos, sumamente rentable en aquella época. Con la perspectiva de que este mercado iba a crecer, la sociedad anónima se dedicó a ofrecer a sus inversores intereses del 6%. Asimismo, se hizo cargo de la deuda nacional de 32 millones de libras por 7,5 millones de libras. Sin embargo, dicha explosión nunca llegó a producirse y la compañía optó por comerciar con esa deuda. El desastre se materializó en septiembre de 1720. En tan solo cuatro meses, el valor de los títulos pasó de 1.000 libras a escasas 124 libras, según publica Historic UK.
La burbuja del Mississippi es la que corona este ranking. En la década de 1710, John Law creó el Banque Générale -una entidad con autoridad para emitir billetes- y la Compagnie d’Occident -dedicada a la explotación comercial en el valle del río Mississippi (EEUU)-, lo que le permitió monopolizar el comercio francés de tabaco y esclavos africanos, y las finanzas del país. Al igual que ocurrió con The South Sea Company, las perspectivas de grandes beneficios dispararon el valor de las acciones de la compañía. La cuestión es que Law decidió entonces fusionar ambas entidades, que en la práctica suponía vincular la deuda francesa con sus títulos, según publica Britannica. El resultado fue que, cuando el gobierno francés aprovechó el boom bursátil que recorría Europa para imprimir dinero, la inflación se disparó y arrastró consigo a las acciones de Compagnie d’Occident, las cuales se desplomaron un 95%.