El multimillonario Elon Musk recibió duras críticas por sus esfuerzos para renovar el servicio de microblogueo tras comprarlo y despedir a 3.700 empleados. Poco después, en un audio filtrado a los medios se revelaron los comentarios del magnate sobre la posibilidad de teletrabajo en la compañía y las condiciones laborales.
Además de las advertencias sobre el riesgo de quiebra de la compañía, Musk señaló a los trabajadores de Twitter que deben cumplir 40 horas de jornada laboral, tener poco tiempo para la comida y olvidar la flexibilidad de trabajo desde casa que había permitido la pandemia de coronavirus.
El empresario respondió a los detractores de su nueva política, diciendo que la asistencia a la oficina funciona bien en sus otras empresas, y que cualquiera que no le guste puede renunciar o ser despedido.
Después de una refutación de un empleado, que subrayó que las oficinas de Twitter no están todas en un solo lugar, y que los trabajadores no estarían siempre en un lugar determinado, Musk contraatacó comparando la red social con Tesla y ordenó a los empleados "maximizar la cantidad de actividad en persona".
"Tesla tampoco está en un solo lugar, pero ya sabes, básicamente es si puedes aparecer en una oficina y no te presentas en la oficina… renuncia aceptada. Fin de la historia. (…) Hay mucha gente en Tesla y SpaceX que trabaja a distancia… pero es de forma excepcional para gente excepcional y entiendo totalmente si eso no funciona para algunas personas", añadió Musk, señalando que los críticos solo tendrían que aceptar que "esa es la nueva filosofía de Twitter".
Musk formalizó la compra de Twitter la noche del 27 de octubre por un total de 44.000 millones de dólares. Horas antes, había asegurado que los motivos que lo llevaron a adquirir la plataforma son su amor por la humanidad y la necesidad de garantizar una "plaza común digital" en donde exista pluralidad.