El asesinato del teniente general Ígor Kirílov, jefe de las Tropas rusas de Defensa NBQ, y su ayudante en Moscú este martes ha generado fuertes críticas internacionales. Keith Kellogg, enviado especial designado por el presidente electo Donald Trump para Ucrania, afirmó que este tipo de actos "sobrepasan las reglas de guerra" y representan un mal precedente en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
"No corresponde a las reglas de guerra"
En una entrevista con Fox Business, Kellogg, retirado teniente general, señaló que, aunque el asesinato no debería ser un obstáculo para las negociaciones de paz, acciones de este tipo socavan las normas de combate establecidas.
"Existen reglas de guerra, y algunas cosas simplemente no se hacen", enfatizó. Explicó que matar a un oficial de alto rango en su ciudad de residencia, empleando mercenarios, "no es una buena idea" y va más allá de lo aceptable en cualquier conflicto.
Un desafío para las negociaciones de paz
A pesar del incidente, Kellogg expresó confianza en que Donald Trump logrará reunir a Rusia y Ucrania en la mesa de negociaciones. "Creo que tiene la visión y la energía para persuadir a ambas partes de hablar", afirmó.
El enviado especial viajará a Kiev en enero, como parte de los esfuerzos de la nueva administración estadounidense por buscar una solución al conflicto.
Avances en los esfuerzos de paz
Donald Trump también comentó sobre el conflicto ucraniano el lunes, afirmando que su equipo ya ha logrado "algún progreso" en el camino hacia la paz. Aunque describió la situación como "dura y desagradable", destacó que su administración planea hablar tanto con el presidente ruso Vladímir Putin como con el líder ucraniano Vladímir Zelenski.
Cuando se le preguntó si Ucrania debería ceder territorio a Rusia, Trump respondió que tomará una posición tras su primera reunión con los líderes implicados, pero subrayó que Zelenski debe estar dispuesto a negociar.
El atentado contra Kirílov
El atentado en Moscú, que involucró la detonación de un artefacto explosivo, acabó con la vida de Ígor Kirílov y su ayudante. Según fuentes rusas, el general desempeñaba un papel clave en prevenir falsificaciones de ataques químicos en Siria, lo que añade una dimensión compleja al ataque.