El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reunió este martes con el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, para abordar el plan de paz propuesto por Washington con el fin de poner fin al conflicto ucraniano.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, informó que la conversación se extendería “todo el tiempo que sea necesario”.
En la reunión participaron también el asesor presidencial ruso Yuri Ushakov, el enviado especial para inversiones Kiril Dmítriev, así como Jared Kushner, yerno del presidente estadounidense Donald Trump.
Encuentro marcado por el avance ruso en el frente
La reunión ocurre en un contexto en el que Rusia asegura tener el control de la iniciativa militar. Durante una visita a un puesto de mando, Putin afirmó que las Fuerzas Armadas rusas han incrementado la presión en toda la línea de contacto, consolidando avances importantes en localidades estratégicas.
Entre ellas mencionó la liberación de Krasnoarmeisk, en la República Popular de Donetsk, y Volchansk, en la provincia de Járkov, territorios clave para las futuras operaciones militares.
Putin destacó que se ha logrado el control de “varias localidades fundamentales” y afirmó que, aunque queda “más trabajo por hacer”, el avance refuerza la posición de Moscú en las negociaciones.
Antecedente: negociaciones en Florida
El encuentro en Moscú se produjo después de las conversaciones sostenidas entre delegaciones de Estados Unidos y Ucrania el pasado domingo en Florida.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, calificó la reunión como productiva, aunque advirtió que aún falta por definir condiciones que no solo pongan fin a los combates, sino que garanticen la estabilidad económica a largo plazo para Ucrania.
Witkoff, considerado uno de los arquitectos del plan de paz, participó en esas negociaciones junto con Kushner y funcionarios ucranianos encabezados por Rustem Umérov, quien sustituyó al destituido Andréi Yermak tras el escándalo de corrupción que sacudió al Gobierno ucraniano.
Un plan controversial
El plan de paz inicial, compuesto por 28 puntos, ha sido objeto de críticas por parte de varios gobiernos europeos, quienes aseguran que la propuesta no contempla plenamente las exigencias de Kiev, incluida la negativa a reconocer pérdidas territoriales en el Donbass y su aspiración a ingresar en la OTAN.
Algunos elementos del borrador también incluían la posibilidad de oportunidades comerciales para que Rusia mantuviera acuerdos económicos con Estados Unidos, aspecto considerado polémico en medio del conflicto.
Las consultas continuaron el 23 de noviembre en Ginebra y nuevamente este domingo en Florida, donde se hicieron ajustes al texto.
Perspectiva: negociaciones complejas y avance militar
Mientras avanza el diálogo diplomático, Moscú insiste en que el control territorial logrado por sus tropas fortalece su posición negociadora.
Washington, por su parte, busca que el plan no solo detenga la guerra, sino que establezca bases para un futuro estable y económicamente viable para Ucrania.
El resultado de las reuniones en Moscú podría marcar un punto decisivo para definir si el plan de paz avanza o enfrenta nuevos obstáculos geopolíticos.
















