En un enérgico discurso tras autoproclamarse ganador de las elecciones en El Salvador, el presidente Nayib Bukele destacó la abrumadora hegemonía de su partido, Nuevas Ideas (NI), y defendió el “estado de excepción”. Desde el balcón del Palacio Nacional de San Salvador, Bukele, junto a su esposa Gabriela Rodríguez, celebró el logro histórico de su país al romper récords de participación electoral.
El mandatario resaltó que con el 70.25% de los votos escrutados, su partido lidera con 1,662,313 votos, dejando a la oposición rezagada. Bukele proclamó que su opción ganó con “más del 85% de los votos” y predijo la obtención de al menos 58 de los 60 diputados. Afirmó que esta victoria consolida a El Salvador como el primer país con un partido único en un sistema democrático.
Bukele recordó su llegada al poder en 2019, rompiendo con el bipartidismo, y destacó los logros alcanzados con la mayoría parlamentaria, defendiendo su capacidad para avanzar en proyectos sin oposición. Respondió a las críticas sobre derechos humanos y acusaciones de violación de la democracia, desafiando a la prensa extranjera y alegando que los salvadoreños han hablado “fuerte y claro”.
El presidente también criticó a gobiernos extranjeros y ONGs, rechazando intervenciones externas y enfatizando la independencia de El Salvador. Bukele sostuvo que el país está “a punto de ganar la guerra contra las pandillas”, defendiendo las medidas de ‘mano dura’ y cuestionando la percepción internacional sobre la violación de derechos humanos.
En su discurso, Bukele llamó a la comunidad internacional a respetar las decisiones soberanas de El Salvador y expresó su determinación de continuar avanzando en los próximos cinco años. El presidente cerró su intervención con un desafiante cuestionamiento a aquellos que critican su enfoque, preguntando por qué desean ver sangre salvadoreña y afirmando que el país está construyendo su propio destino.