Un trágico accidente enlutó el municipio Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor, tras la muerte de dos adolescentes que se encontraban en un autobús escolar público y que fue impactado una patana. En el hecho también resultaron heridos al menos trece estudiantes, entre 7 y 19 años, quienes fueron ingresados en diferentes centros de algunos. Algunos se debaten entre la vida y la muerte.
El día de ayer había iniciado como de costumbre, con la recogida de decenas de estudiantes de la escuela primaria Wenceslao Peguero Manchado, quienes iban como cada mañana con mucha algarabía a recibir docencia.
Debido a la gran cantidad de alumnos que son recogidos por el autobús estudiantil, se realizan dos rondas. Justo cuando casi concluía la primera, alrededor de las 6:30 de la mañana, y en momentos en que el chofer realizó una parada para recoger unos 10 estudiantes, el vehículo fue impactado "en segundos" por la patana.
Pérdida adolescentes: un dolor "irreparable"
Alexandra Clevel y Estefany Castillo fueron las dos adolescentes que murieron tras presentar traumas contusos durante el fatídico accidente.
El dolor y la impotencia eran notorios entre los familiares de Castillo, de 15 años, tras esperar su cadáver en la morgue del hospital Antonio Musa, en San Pedro de Macorís.
Con la mirada entristecida y solo mirando hacía al techo del centro de salud, Rosa Castillo, madre de la adolescente, manifestó que su hija para ella lo era todo y que no le salían las palabras para hablar de ella en pasado.
A las afueras de la morgue se encontraba un tío de Estefany, quien también se veía conmovido por el hecho y hacía los trámites para llevarse a su sobrina hasta su residencia, ubicada en el kilómetro 15 del municipio Sabana de la Mar, donde sería velada.
Alexandra soñaba con ser enfermera
Con una sonrisa hermosa, capaz de alegrarle el día a cualquiera, así será recordaba Alexandra Clevel, quien también murió de inmediato tras el accidente.
Su mayor sueño era ser enfermera para sacar a su mamá y a su padre de la pobreza.
El padre de la adolescente de 17 años, Germané Buste, sostuvo que en solo segundos su vida cambió tras perder a su hija, a quien definió como una "soñadora" tras sus deseos de superarse cada día.