Las acciones de Deutsche Bank tuvieron el viernes una fuerte caída que arrastró a otros bancos europeos, y el canciller alemán Olaf Scholz manifestó su confianza en la institución crediticia más grande del país después de que los temores sobre el sistema financiero global volvieran a estremecer a los mercados.
Las acciones de Deutsche Bank cerraron con baja de 8,5 % en la bolsa de valores de Alemania tras haber descendido hasta 14 %. Esto se dio tras un fuerte incremento en el costo para asegurar a los tenedores de bonos contra un impago de las deudas del propio banco con las llamadas permutas de incumplimiento crediticio.
El aumento de los costos del seguro fue un preludio del rescate del banco Credit Suisse por parte de su rival UBS con aval del gobierno suizo. Dicha adquisición del domingo tuvo como propósito contener la turbulencia en el sistema financiero global tras la quiebra de dos bancos estadounidenses, y luego de que el nerviosismo acerca de los persistentes problemas del Credit Suisse hiciera que sus acciones se desplomaran y los clientes retiraran su dinero.
Cuando le preguntaron si el Deutsche Bank podría seguir la misma suerte que el Credit Suisse, Scholz respondió que “no hay razón para preocuparse”.
“Deutsche Bank ha modernizado y reorganizado completamente su negocio y es muy rentable”, declaró Scholz al término de una cumbre de la Unión Europea en Bruselas.
Al igual que Credit Suisse, Deutsche Bank es una de 30 instituciones financieras importantes a nivel mundial, y las normas internacionales lo obligan a mantener elevados niveles de reservas de capital porque su quiebra podría causar pérdidas generalizadas.
Otros grandes bancos europeos también tuvieron retrocesos bursátiles el viernes: el Commerzbank, de Alemania, bajó 5.45 %; el Societe Generale de Francia, 6 %, y el Raiffeisen de Austria, 7,9 %.
Los mercados han tenido sacudidas a causa de los temores de que otros bancos pudieran enfrentar problemas imprevistos como sucedió con el Silicon Valley Bank, con sede en Estados Unidos, que se fue a la quiebra cuando sus clientes retiraron su dinero y registrara pérdidas no aseguradas debido a las altas tasas de interés.
Los problemas del Credit Suisse, entre ellos una pérdida de 5,500 millones de dólares en operaciones con un fondo privado de inversiones, antecedían a las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank, pero los depositantes e inversionistas huyeron después de que las quiebras en Estados Unidos pusieran los reflectores sobre los bancos y de que un importante inversionista del Credit Suisse se rehusara a poner más dinero.
Deutsche Bank ha registrado 10 trimestres consecutivos de ganancias, incluidos 5,700 millones de euros (6,100 millones de dólares) el año pasado, y ha aumentado su riqueza bajo la dirección del CEO Christian Sewing.
Antes de esto, el banco tuvo un largo periodo de baja rentabilidad, y los problemas con las autoridades reguladoras se remontan a la crisis financiera global de 2008, incluida una sanción por 7,200 millones de dólares de las autoridades estadounidenses por engañar a los compradores de valores respaldados con hipotecas que después terminaron mal.
A pesar de la recuperación con Sewing, el banco era “un candidato natural” para su remate en el mercado debido a sus problemas previos, participaciones grandes y a veces complejas, y el escepticismo en el mercado sobre sus futuras ganancias, dijo Sascha Steffen, profesor en la Escuela de Finanzas y Administración en Fráncfort.
El mercado valúa al banco por abajo de los activos de sus estados financieros, dijo. “Esto significa que los inversionistas continúan muy preocupados por los riesgos que el banco tenga en su balance general o en su potencial de ganancias, y eso no es bueno”, apuntó.
Los grandes bancos globales han liquidado más acciones que los pequeños en la reciente turbulencia financiera, señaló.
“Se trata de un contagio, de falta de confianza”, dijo Steffen.
Asimismo la venta de acciones “podría tener que ver más con las emociones, por decirlo de alguna manera, que con los hechos, pero es algo que debía esperarse” debido al historial y desempeño de la institución tras la crisis financiera global, afirmó.