A seis años de su muerte y con más de 1.000 víctimas identificadas, el caso de Jeffrey Epstein se mantiene rodeado de oscuridad e impunidad. Un nuevo memorando del Departamento de Justicia de EE.UU., divulgado esta semana, afirma que no existe una lista de clientes ni pruebas suficientes para implicar a otras figuras públicas, y que no se revelará más información.
Un depredador, ninguna red (oficial)
El documento reafirma la narrativa de que Epstein actuó en solitario, pese a años de especulación sobre una posible red de tráfico sexual de alto nivel. El abogado Brad Edwards, que representa a cientos de víctimas, coincide parcialmente con esta versión: “Jeffrey Epstein era su propio cliente”, afirmó, señalando que los pocos casos de terceros involucrados fueron marginales y que no existía una “lista de clientes” comercial.
Sin embargo, la opinión pública está lejos de conformarse. El caso se convirtió en una bandera para sectores del movimiento MAGA, que esperaban que el regreso de Trump a la presidencia desencadenara la desclasificación total del caso.
Trump, Epstein y un vínculo incómodo
Lejos de esa promesa, el presidente Donald Trump ha evitado el tema. Su reacción más reciente fue desestimar el escándalo como una “trampa de los demócratas”. Pero su historial lo contradice: fue amigo cercano de Epstein durante más de una década. Fotos, vuelos compartidos y una famosa entrevista en la que Trump dijo que “a Epstein le gustan las mujeres jóvenes” refuerzan esa conexión.
El revuelo aumentó cuando Elon Musk —exaliado de Trump— escribió en X (antes Twitter): “Donald Trump está en los archivos de Epstein”. Aunque borró el mensaje, la fractura en su base política ya era evidente.
Víctimas, encubrimiento y teorías
Desde su condena en 2008 por abuso de menores, el trato judicial a Epstein ha sido objeto de críticas por su indulgencia. En 2019 fue arrestado nuevamente, pero murió en su celda meses después, oficialmente por suicidio. Ghislaine Maxwell, su pareja y cómplice, cumple una sentencia de 20 años desde 2021.
El fondo de compensación ha pagado más de 120 millones de dólares a 150 víctimas. Sin embargo, la cifra actual de afectadas supera las 1.000, y muchas siguen esperando justicia. Una de ellas, Virginia Giuffre, se suicidó en abril de este año.
¿Epstein, activo de inteligencia?
Aún sin pruebas definitivas, varios analistas plantean que Epstein pudo haber sido un activo de inteligencia de EE.UU. o de otra potencia. El nivel de protección institucional que recibió, así como la magnitud de su red de contactos —presidentes, banqueros, científicos, realeza—, alimenta esta teoría.
Pero por ahora, el caso parece cerrado para las autoridades. Solo las víctimas y la indignación ciudadana insisten en que la historia de Epstein no ha terminado.