El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló este lunes lo que describió como un plan de la oposición extremista para desconocer los resultados de las elecciones, señalando que estas acciones incluían manifestaciones violentas en diversos puntos del país. Durante su discurso, Maduro aseguró que el Gobierno de EE.UU. estaba detrás de estos intentos, describiendo la situación como una "contrarrevolución violenta, fascista y criminal".
Maduro informó que decenas de personas fueron detenidas durante estos eventos, muchas de las cuales estaban bajo los efectos de drogas y tenían antecedentes penales. Estos individuos habrían regresado recientemente al país desde Estados Unidos en vuelos de repatriación.
El mandatario mostró imágenes de ataques violentos contra una sede regional del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Coro, oficinas del Partido Socialista Unido de Venezuela, unidades de transporte público y otros símbolos nacionales. También relató intentos de derribar estatuas en homenaje a Hugo Chávez, que fueron ordenados a ser filmados para promover la narrativa de una revolución de colores similar a las impulsadas por EE.UU. en otros países.
Maduro destacó que varios funcionarios de la Policía Nacional y de la Guardia Nacional Bolivariana resultaron heridos durante las protestas. Hizo un llamado al pueblo venezolano a mantener la calma y la movilización cívico-militar-policial para defender la paz. Asimismo, anunció la instalación del Consejo de Estado para activar un diálogo multidimensional, enfatizando que será un diálogo exclusivamente entre venezolanos, sin intervención extranjera.
Con esta declaración, Maduro busca consolidar su posición y enfrentar las acusaciones de fraude electoral lanzadas por la oposición, mientras insta a sus seguidores a estar en alerta ante cualquier intento de insurrección.