Las principales agencias espaciales internacionales, como la NASA de Estados Unidos, la ESA de Europa, la ISRO de India, la JAXA de Japón y la CAST de China, están enfocadas en mejorar la eficiencia de la tecnología de energía utilizada en misiones fuera de la órbita terrestre. Esto se hace con el objetivo de mantenerse competitivas en la carrera por el regreso del ser humano a la Luna.
Un grupo de aproximadamente 400 ingenieros y científicos de estas agencias, así como de otras líderes a nivel mundial como la CNES de Francia y la DLR de Alemania, se han reunido desde el lunes pasado hasta el próximo viernes en el XIII Congreso Europeo de Sistemas de Potencia Espaciales (ESPC 2023). Este evento se lleva a cabo en el centro de congresos de Elche, Alicante, y es organizado por la División de Potencia (Power Division) de la Agencia Espacial Europea (ESA-ESTEC) en colaboración con la Universidad Miguel Hernández (UMH) de la ciudad española.
Los expertos, provenientes de más de 30 países, participarán en cerca de 160 presentaciones técnicas en varias sesiones paralelas para discutir las últimas novedades en este sector especializado y puntero. Todos comparten un gran interés en llegar a la Luna y establecerse allí.
Uno de los puntos destacados del congreso será una charla plenaria sobre el programa internacional para regresar a la Luna, la misión 'Artemis I', y el sistema de potencia del módulo de servicio.
El profesor de Tecnología Electrónica de la UMH, Ausías Garrigós, explicó que la vuelta a la Luna genera un gran interés, especialmente hacerlo cerca de los polos, donde las condiciones para establecer una base son óptimas debido a temperaturas menos extremas y la posibilidad de encontrar agua en algunos cráteres. Garrigós mencionó que este es uno de los desafíos en los que trabajan todas las agencias espaciales, como la NASA, la ESA y la India. Destacó la importancia de este congreso, siendo el primero en cuatro años después de la pandemia de COVID-19 y celebrándose en el 50º aniversario de la primera edición de la conferencia en 1972.
Los investigadores e ingenieros que participan en este campo desempeñan un papel crucial, ya que se estima que el costo energético de poner un kilogramo de masa en órbita terrestre es muy alto, entre 52,000 y 105,000 dólares, una cifra que se multiplica considerablemente para llevarlo a la Luna.
Para avanzar en la carrera espacial hacia la Luna, los ingenieros de las agencias espaciales trabajan en la obtención más eficiente de energía y en tecnologías para almacenar y gestionar este recurso con el fin de abastecer los instrumentos, equipos de propulsión y comunicación al menor costo posible.
José Antonio Carrasco, otro experto del mismo departamento de la UMH de Elche, destacó que el desafío lunar está impulsando una carrera espacial en la que la tecnología avanzada es crucial para llegar allí primero. Carrasco señaló que la Luna es el primer paso para alcanzar Marte, que se encuentra mucho más lejos, y subrayó la competencia entre las agencias espaciales por llegar primero, lo que impulsa nuevas investigaciones para mejorar y renovar por completo los procesos actuales.
El congreso cuenta con financiamiento de la Agencia Espacial Europea (ESA) y cuenta con patrocinadores industriales como Airbus y la empresa aeroespacial PLD Space de Elche, que se dedica al lanzamiento de cohetes y ha sido un importante motor para atraer este evento, junto con otras empresas relacionadas con componentes para la carrera espacial, como 'Logo 2′ y 'Emxys'.