Fue el extraordinario momento que puso a los congresistas republicanos al borde del precipicio el que finalmente recondujo todo.
A solo un voto de ser presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy se levantó de su silla. Era cerca de la medianoche y ya había perdido trece votaciones en cuatro larguísimos días.
La cámara quedó casi en total silencio en el momento en que fue evidente que el líder republicano estaba pidiendo, suplicando más bien, que cambiara su voto al desafiante Matt Gaetz, uno de sus más vocales detractores.
Gaetz dijo que la abstención era lo más lejos que estaba dispuesto a llegar tan solo horas después de haber insistido en sus ataques contra McCarthy.
El líder de la bancada republicana se retiró lentamente, solo, cabeza gacha. Aunque se giró cuando oyó la discusión a su espalda. El diputado Mike Rogers, uno de sus aliados, confrontó indignado a Gaetz, advirtiéndole que se iba a arrepentir de su decisión.
Se oyeron gritos de congresistas sorprendidos cuando Rogers tuvo que ser sujetado por uno de sus colegas.
El representante Richard Hudson sujeta a su colega Mike Rogers en plena discusión con Matt Gaetz y otros, antes de la votación definitiva. Crédito: Andrew Harnik/AP
McCarthy regresó para asegurarse de que la discusión no pasara a mayores y volvió a su silla, derrotado. Había perdido la decimocuarta votación. Sus aliados se precipitaron a dar por terminada la sesión, sus esperanzas de unidad rotas.
McCarthy: "Nunca me rindo"
Pero los ánimos se enfriaron y los aliados de McCarthy convencieron a los ‘disidentes’ que votaran ‘presente’, una abstención de facto, bajando el umbral de votos necesarios para ganar la presidencia de la Cámara y facilitando finalmente la victoria del líder de la bancada.
Ya era la madrugada del sábado de una histórica e increíble semana de repeticiones de votos.
“Espero que una cosa haya quedado clara, nunca me rindo”, dijo McCarthy ya como presidente de la Cámara de Representantes.
El caos en el hemiciclo coincidió con el segundo aniversario del asalto al Capitolio. En una sesión nocturna tras la insurrección, McCarthy habló del “día más triste de su vida” como congresista.
En esos días culpaba al expresidente Donald Trump de lo sucedido por incitar la rebelión de sus partidarios para que interrumpieran la proclamación de la victoria de Joe Biden.
Un par de semanas después, McCarthy viajó a Mar-a-Lago para hacer las paces con el expresidente.
El de este viernes fue un tipo diferente de caos, pero supuso un momento de cierre del círculo para los repbulicanos, quienes habían perdido ambas cámaras y la presidencia tras la insurrección.
Si bien muchos de ellos denunciaron a Trump en ese momento, la visita de McCarthy a Florida lo trajo de vuelta al redil, y el expresidente estaba trabajando por teléfono el viernes por la noche, llamando a Gaetz y a los otros reticentes.
El apoyo de Trump, clave para McCarthy
“Estuvo conmigo desde el principio”, dijo McCarthy después de la votación final, refiriéndose también a las llamadas telefónicas de Trump.
Si bien la Cámara de Representantes a menudo vive momentos estridentes, los eventos de la semana fueron más bien surrealistas: voto tras voto, derrota tras derrota y con un giro al final después de imponerse sobre unos oponentes aparentemente intransigentes.
McCarthy necesitaba dos votos más antes del recuento del viernes por la noche, que no comenzó hasta las 10:00 de la noche, lo suficientemente tarde como para que dos de sus simpatizantes, uno cuya esposa había dado a luz esa semana y otro que estaba enferma, tuvieran tiempo para regresar a Washington DC.
El líder republicano y sus aliados parecían confiados al entrar, pero a medida que se acumulaban las votaciones, quedaba claro que le iba a faltar uno.
Dos de los lugartenientes más cercanos a McCarthy, el representante de Carolina del Norte Patrick McHenry y el representante de Louisiana Garrett Graves, se sentaron a ambos lados de Gaetz durante la votación.
Pero Gaetz no daba su brazo a torcer, se puso de pie para decir "presente" cuando la lista llegó a su nombre. No era suficiente, así que McCarthy se acercó a él justo antes de que se llamara a la votación.
McCarthy confrotó a Gaetz en uno de los momentos de mayor tensión. Crédito: Andrew Harnik/AP
Gaetz estaba señalando con aparente enojo a McCarthy durante la conversación. Pero el representante de Colorado Ken Buck, un partidario de McCarthy que estaba parado cerca, dijo que el intercambio entre los dos hombres fue amable y que McCarthy solo le pidió que cambiara su voto. Gaetz dijo que su voto "presente" era lo más lejos que podía llegar, relató Buck.
McCarthy dijo después que Gaetz finalmente hizo que todos llegaran al punto de que nadie votara en mi contra, persuadiendo a algunos de sus colegas para que votaran “presente” también. Al final, ningún republicano votó en contra de McCarthy.
Querían “unir esta conferencia y trabajar juntos”, dijo McCarthy.