La Fiscalía de Estambul acusa al primer ministro israelí y a 36 altos funcionarios por crímenes de lesa humanidad en la Franja de Gaza.
Ankara, Turquía.– La Fiscalía General de Estambul emitió este viernes una orden de arresto internacional contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, junto a otros 36 miembros de su Gobierno y altos mandos militares, bajo las acusaciones de crímenes de lesa humanidad y genocidio cometidos en la Franja de Gaza.
Entre los señalados se incluyen el ministro de Defensa, Israel Katz; la ministra de Seguridad Fronteriza, Tamara Ben Gvir; el jefe del Estado Mayor General, Eyal Zamik; y el comandante de las Fuerzas Navales israelíes, David Saar Salama.
En el documento emitido por la Fiscalía turca se sostiene que, “como consecuencia del genocidio y los crímenes de lesa humanidad que el Estado de Israel ha cometido sistemáticamente en Gaza hasta la fecha, miles de personas, entre ellas mujeres y niños, han perdido la vida; miles más han resultado heridas y zonas residenciales se han vuelto inhabitables”.
Asimismo, las autoridades turcas denunciaron el bloqueo al enclave palestino y las restricciones al acceso de ayuda humanitaria, así como los ataques contra la Flotilla Global Sumud ocurridos en aguas internacionales a finales de septiembre.
Durante la investigación se recopilaron pruebas sobre torturas, ejecuciones sumarias, saqueo agravado y privación de libertad, determinando que los funcionarios israelíes son “penalmente responsables de los crímenes sistemáticos de lesa humanidad y genocidio” cometidos en Gaza.
Esta acción judicial se suma a la decisión tomada en noviembre del año pasado por la Corte Penal Internacional (CPI), que también había emitido órdenes de detención contra Netanyahu y el entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra y violaciones al derecho internacional humanitario.
Con esta medida, Turquía se convierte en el primer Estado no árabe en iniciar un proceso penal formal por genocidio contra los líderes del Gobierno israelí, aumentando la presión internacional sobre Tel Aviv y desatando un nuevo debate sobre la impunidad en los conflictos armados contemporáneos.















