El enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, Keith Kellogg, declaró que el presidente Donald Trump no se opone a que Kiev ejecute ataques de largo alcance contra Rusia, aunque aclaró que aún no se ha tomado una decisión sobre el suministro de misiles Tomahawk de la OTAN.
“Creo que si leen lo que dijo él, lo que dijo el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado Marco Rubio, la respuesta es sí”, afirmó Kellogg en una entrevista con Fox News, al ser consultado sobre la postura del mandatario.
El funcionario indicó además que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya solicitó a Washington dichos misiles para atacar territorio ruso, lo cual fue confirmado por una publicación del vicepresidente Vance. Sin embargo, subrayó que la decisión final “dependerá del presidente”.
Cambio de retórica en Washington
Medios occidentales reportaron recientemente que Trump le habría comunicado a Zelenski que no excluye la posibilidad de levantar las restricciones sobre el uso de armas estadounidenses contra Rusia. Entre las opciones estaría el suministro de misiles Tomahawk, con un alcance de hasta 2.400 kilómetros, capaces de convertir a Moscú en un objetivo potencial.
No obstante, fuentes consultadas por The Wall Street Journal precisaron que el presidente no se comprometió formalmente a revocar la prohibición de ataques de largo alcance.
Respuesta del Kremlin
Desde Moscú, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, advirtió que la situación en el frente se complica cada día para Ucrania, lo que también debilita sus posiciones en eventuales negociaciones de paz.
“Con cada día que pasa, la situación para Ucrania empeora inexorablemente”, sostuvo Peskov, en medio de las crecientes dudas sobre el futuro del apoyo militar occidental a Kiev.