Estados Unidos descartó de manera categórica cualquier despliegue militar en Ucrania como parte de eventuales garantías de seguridad frente al conflicto con Rusia. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró este martes que la posición del presidente Donald Trump es definitiva: “No habrá tropas estadounidenses en suelo ucraniano”.
La portavoz subrayó, no obstante, que Washington está dispuesto a jugar un rol clave en la coordinación con sus aliados europeos, ofreciendo otros mecanismos de garantías de seguridad. “Entendemos que estas garantías son crucialmente importantes para asegurar una paz duradera”, afirmó Leavitt, indicando que el equipo de seguridad nacional ya trabaja en esta dirección junto a los socios del continente.
El mismo día, Trump también rechazó la posibilidad de que Ucrania se integre a la OTAN como fórmula de protección, recordando que Moscú se opone firmemente a la presencia de la Alianza Atlántica en sus fronteras.
Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, adelantó que existen “varios países dispuestos a dar un paso al frente” en materia de seguridad, aunque enfatizó que la garantía más sólida que Kiev puede obtener a largo plazo es la construcción de un ejército nacional fuerte y preparado.
Las declaraciones reflejan el giro de la política estadounidense hacia un enfoque de apoyo indirecto, en contraste con el debate sobre una implicación militar más directa. El anuncio también llega en un contexto en el que Washington busca mantener el equilibrio entre la presión de sus aliados europeos y las exigencias de Moscú.