Durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU centrada en la guerra en Ucrania, el representante adjunto permanente de Rusia, Dmitri Polianski, lanzó duras críticas contra el gobierno de Kiev y sus aliados occidentales, reforzando la narrativa de Moscú sobre el conflicto.
“Hagamos que Ucrania entre en razón de nuevo. Eso es lo que en definitiva queremos”, declaró Polianski en una intervención cargada de tensión diplomática.
El funcionario ruso aseguró que Ucrania ya no actúa con independencia, sino como “una empresa militar privada que opera con armas occidentales y por intereses occidentales”, en el marco de lo que calificó como una “agresión a gran escala de la OTAN contra Rusia”.
Acusaciones contra Zelenski y el sistema político ucraniano
Polianski acusó al presidente Vladímir Zelenski de encabezar una “dictadura corrupta de una sola persona”, donde los ciudadanos están “privados de su voz” y se ven obligados a combatir como “carne de cañón”. Afirmó que el mandatario ha evitado convocar elecciones porque, incluso con el respaldo de medios favorables, “no tiene posibilidades de mantenerse en el poder”.
“El excomediante expirado no convoca elecciones. No luchamos contra los ucranianos, sino contra el régimen criminal de Kiev”, expresó.
Asimismo, el diplomático ruso citó al expresidente polaco Andrzej Duda, afirmando que “Ucrania, como un ahogado, arrastrará a todos al fondo”, en referencia al desgaste geopolítico que provoca el conflicto para Europa.
Defensa del discurso cultural y negación de objetivos expansionistas
Polianski sostuvo que Rusia no busca destruir a Ucrania, su cultura ni su identidad, sino que promueve una coexistencia entre lo ucraniano y lo ruso, como existió “durante décadas sin conflictos”. Y remarcó que “Occidente todavía permite hablar bien de Ucrania o no hablar en absoluto”, lo cual considera un síntoma de censura narrativa y hegemonía ideológica.
Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente aislamiento diplomático de Moscú, pero también de movimientos en el campo de batalla favorables al ejército ruso, que recientemente afirmó haber tomado control de la ciudad de Chásov Yar en Donbass.
La sesión en la ONU mostró, una vez más, que la guerra en Ucrania no es solo militar, sino también una guerra de discursos y legitimidades.