Lo que comenzó como una guerra entre naciones ahora amenaza con abrir un nuevo frente: el crimen transnacional latinoamericano en los campos de batalla ucranianos.
Una reveladora investigación publicada por Intelligence Online ha sacado a la luz un fenómeno que preocupa a las agencias de inteligencia de América Latina: miembros de cárteles mexicanos y grupos armados colombianos estarían ingresando a Ucrania como voluntarios en unidades extranjeras, con el verdadero objetivo de adquirir entrenamiento avanzado en el uso militar de drones.
La alerta: un memorando confidencial desde México
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de México emitió una advertencia al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) sobre sospechosos mexicanos que habrían ingresado a la Legión Internacional de Defensa con identidades falsas. Uno de ellos, alias Águila-7, fue identificado como un exmiembro del Ejército Mexicano, vinculado a los orígenes del Cártel de Los Zetas.
En paralelo, la inteligencia ucraniana detectó un inusual interés por parte de reclutas mexicanos y colombianos en los entrenamientos de guerra con drones FPV, destacando sus habilidades para el pilotaje, camuflaje térmico y neutralización de señales.
Drones como nueva arma del narco
Las capacidades adquiridas en el frente ucraniano podrían potenciar las operaciones criminales en América Latina y EE.UU.. De hecho, autoridades estadounidenses han reportado más de 155.000 vuelos ilegales de drones en la frontera con México desde 2022, algunos con capacidad para transportar explosivos y vigilancia en tiempo real.
Un testimonio estremecedor fue recogido por el youtuber Gafe423, quien entrevistó a un exoperador de drones del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG):
“Es como jugar Call of Duty, solo que matas a alguien”, confesó el exsicario encapuchado, entre risas.
¿Ucrania como nueva universidad criminal?
El informe también menciona a empresas mexicanas y colombianas de seguridad que actúan como pantalla para reclutar, legalizar viajes y hasta proporcionar documentación falsa. Entre ellas, Grupo Roka Seguridad y Segurcol SAS, que operarían en coordinación con estructuras del narcotráfico para financiar este nuevo “intercambio bélico”.
Tres exmiembros de las FARC estarían entre los latinoamericanos que han recibido este entrenamiento, poniendo en duda la eficacia de los procesos de paz en la región andina.
Una guerra que ya no es solo de Europa
Expertos consultados advierten que, si no se contiene este fenómeno, el conflicto en Ucrania podría convertirse en el trampolín perfecto para importar tácticas militares sofisticadas a los carteles de América Latina, elevando la violencia y dificultando aún más la lucha contra el crimen organizado en el continente.
¿Estamos frente a una nueva generación de guerras híbridas con actores no estatales?
La pregunta está abierta, y las consecuencias podrían sentirse muy pronto… aquí en casa.