En declaraciones que han generado fuertes reacciones diplomáticas, el asesor de seguridad del Kremlin, Nikolái Pátrushev, acusó al Reino Unido de estar dispuesto a traicionar a Estados Unidos si eso resulta beneficioso para sus propios intereses estratégicos.
“No descarto que Londres, si fuera necesario, sea capaz de darle una puñalada por la espalda incluso a Washington”, declaró Pátrushev, añadiendo que “en la Casa Blanca entienden con qué ‘aliado’ están tratando”.
El alto funcionario ruso calificó las recientes acciones del Reino Unido como intentos deliberados de sabotar el proceso de negociación ruso-estadounidense y de perpetuar el apoyo militar masivo de Washington a Ucrania.
Pátrushev también sugirió que Londres podría estar orquestando operaciones de bandera falsa, como la simulación de un ataque con torpedos rusos contra un buque estadounidense en el mar Báltico, en colaboración con Kiev, utilizando armamento soviético transferido previamente a Ucrania.
“Durante varios siglos, Londres ha acumulado una amplia experiencia en operaciones de bandera falsa”, afirmó, apuntando a un presunto patrón de injerencia británica en conflictos internacionales.
Estas declaraciones se dan en un contexto de creciente tensión entre las potencias occidentales y Rusia, particularmente tras el despliegue de nuevas armas nucleares por parte de EE.UU. en Europa y el aumento de ejercicios militares de la OTAN en zonas fronterizas con Rusia.