El canciller alemán Friedrich Merz anunció este lunes que Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y Francia han eliminado las restricciones impuestas al alcance de las armas que suministran a Ucrania, abriendo la posibilidad de que el ejército ucraniano ataque objetivos militares dentro del territorio ruso.
“Ya no hay restricciones de alcance para las armas suministradas a Ucrania, ni por los británicos, ni por los franceses, ni por nosotros, ni por los estadounidenses”, declaró Merz en una entrevista para el canal WDR.
Esta decisión marca un punto de inflexión en la política armamentística de los aliados de la OTAN respecto al conflicto. Hasta ahora, el armamento de largo alcance había estado condicionado para evitar ataques dentro de las fronteras rusas. Según Merz, ahora se prioriza que Kiev utilice las armas exclusivamente contra instalaciones militares.
🔴 Contexto de intensificación
La medida coincide con un repunte de ataques ucranianos sobre infraestructura civil rusa, según denunció Moscú. El domingo, la caída de un dron en la provincia de Tula provocó un incendio en la cúpula de una catedral. En la región de Donetsk, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) reportó haber frustrado más de 400 ataques con drones contra civiles e infraestructuras sociales en una semana.
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov aseguró que los recientes ataques rusos contra instalaciones ucranianas fueron “represalias contra ataques masivos de Kiev” sobre infraestructura civil rusa.
“Se trata de un ataque de represalia solo contra instalaciones militares, contra objetivos militares de Ucrania”, declaró Peskov.
🔍 Alemania y la “ambigüedad estratégica”
Pese a la transparencia previa, Berlín adoptó una nueva postura de discreción al no revelar detalles sobre su ayuda militar, alegando que esta estrategia busca crear “ambigüedad estratégica” frente a Rusia.
En semanas anteriores, Merz había rechazado la entrega de misiles de crucero de largo alcance Taurus, aunque admitió que se estudió su posible envío a Kiev.
La decisión de ampliar el alcance operativo del armamento occidental podría profundizar aún más la guerra y alterar el equilibrio estratégico en la región, en medio de llamados internacionales a evitar una escalada directa entre la OTAN y Rusia.