El gas ruso dejó de fluir hacia la Unión Europea a través de Ucrania este miércoles, marcando el final de un acuerdo de tránsito que había estado en vigor durante décadas. Esta decisión pone fin a una era de dependencia energética y abre un capítulo de desafíos estratégicos y económicos para Europa.
Cierre definitivo del tránsito de gas
El corte coincide con la expiración de un convenio de cinco años entre Rusia y Ucrania. Según Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, su país no permitirá que Rusia "gane miles de millones adicionales con nuestra sangre".
Gazprom, la gigante energética rusa, confirmó que las exportaciones cesaron a partir de las 8:00 a.m. del miércoles, mientras que la UE asegura que está preparada para mitigar el impacto. Sin embargo, países como Moldavia, que no es miembro del bloque, ya enfrentan escasez severa.
Impacto estratégico y tensiones internas
Aunque el gas ruso representó menos del 10 % de las importaciones de la UE en 2023, algunos estados miembros del este, como Austria y Eslovaquia, todavía dependen significativamente de este suministro.
Eslovaquia, principal punto de entrada del gas ruso a la UE, enfrenta consecuencias drásticas, como el aumento de los precios del gas para los consumidores en 2025. Su primer ministro, Robert Fico, calificó la situación como un golpe significativo para su país.
Las tensiones entre Ucrania y Eslovaquia se intensificaron después de que Fico amenazara con cortar el suministro de electricidad a Ucrania, a lo que Zelensky respondió acusando al líder eslovaco de colaborar con Rusia.
Alternativas y adaptaciones
La UE ha diversificado sus fuentes de energía, recurriendo al gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos y Qatar, y al gas transportado por tuberías desde Noruega. Además, Polonia ha ofrecido apoyar a Ucrania en caso de cortes de electricidad desde Eslovaquia.
Sin embargo, Moldavia, que depende en gran parte del gas ruso para su electricidad, enfrenta una crisis. La región separatista de Transnistria ya reportó cortes de calefacción y agua caliente debido al cese del suministro.
Repercusiones políticas y económicas
El fin del tránsito de gas por Ucrania simboliza un golpe estratégico para Rusia, que pierde un mercado importante, pero también subraya la vulnerabilidad energética de Europa. Mientras tanto, el Kremlin asegura que los países europeos sufrirán más.
Este cambio marca un hito en la política energética de Europa y refleja la urgencia de reducir la dependencia de fuentes energéticas que puedan ser utilizadas como herramientas de presión política.