El accidente del Embraer 190 de Azerbaijan Airlines AZAL, ocurrido este miércoles en el aeropuerto de Aktau, Kazajistán, tuvo entre sus causas la imposibilidad de aterrizar en su destino original, la ciudad rusa de Grozny, debido a ataques con drones ucranianos y condiciones climáticas adversas, según informó Dmitri Yadrov, jefe de la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia (Rosaviatsia).
Ataques ucranianos y niebla en Grozny
De acuerdo con Yadrov, en el momento del intento de aterrizaje en Grozny, drones ucranianos estaban llevando a cabo ataques terroristas contra infraestructuras civiles en Grozny y Vladikavkaz, lo que activó un régimen especial en el aeropuerto para alejar las aeronaves de la zona.
Además, una densa niebla redujo significativamente la visibilidad, complicando aún más el aterrizaje. "El comandante del avión realizó dos intentos de aterrizar en Grozny, pero no tuvieron éxito. Se le ofrecieron otros aeropuertos, y finalmente decidió dirigirse al aeropuerto de Aktau", explicó Yadrov.
El accidente en Aktau
El avión, que volaba de Bakú a Grozny, envió una señal de socorro mientras sobrevolaba el mar Caspio antes de dirigirse a Kazajistán. Durante el aterrizaje en Aktau, la aeronave se estrelló en la pista.
A bordo iban 62 personas: 37 ciudadanos de Azerbaiyán, 16 de Rusia, seis de Kazajistán y tres de Kirguistán. Según la Fiscalía General de Azerbaiyán, 32 personas sobrevivieron y están hospitalizadas.
Investigación en curso
El presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, señaló que aún es prematuro determinar las causas del siniestro. "Hay varias versiones. Creo que es demasiado pronto para hablar de ello. Hay que investigar a fondo el asunto", afirmó.
Por su parte, Yadrov destacó la disposición de Rusia para colaborar en la investigación de la tragedia junto con Kazajistán y Azerbaiyán.