El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, confirmó este jueves que el Gobierno mexicano ya tiene lista una estrategia para enfrentar las amenazas arancelarias del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quien planea aumentar un 25 % los impuestos a las importaciones mexicanas.
En una entrevista, Ebrard destacó que la propuesta mexicana busca evitar un conflicto comercial entre las dos naciones y promover el diálogo como vía para resolver las tensiones. “No podemos todavía ponerla sobre la mesa, porque nos pidieron que fuéramos cuidadosos con eso”, declaró el funcionario, subrayando la importancia de manejar el asunto con prudencia.
Sheinbaum descarta guerra arancelaria
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también descartó la posibilidad de un enfrentamiento comercial directo tras sostener una llamada con Trump. Durante la conversación, ambos líderes coincidieron en la importancia de mantener una relación constructiva.
Sheinbaum advirtió previamente que México podría responder con un aumento de aranceles a los productos estadounidenses si Trump implementa su amenaza, pero ahora confía en que las diferencias podrán resolverse. “No queremos llegar a una guerra arancelaria, porque sabemos que eso afectaría a ambas economías”, aseguró.
Reducción de la migración como punto clave
Entre las preocupaciones de Trump destaca la crisis migratoria en la frontera sur de EE.UU. Sin embargo, Ebrard afirmó que las críticas carecen de fundamento, ya que el flujo de personas indocumentadas se redujo en un 72 % durante el último año, gracias a los esfuerzos conjuntos entre México y EE.UU.
El secretario confía en que los datos positivos y el fortalecimiento del diálogo bilateral permitirán calmar las tensiones. “Más allá del estilo del presidente Trump, estamos seguros de que este conflicto puede resolverse una vez que consolidemos un diálogo claro basado en hechos reales”, sostuvo Ebrard.
Un conflicto comercial histórico
Ebrard recordó que la última vez que ambos países enfrentaron una guerra arancelaria fue en 1971, cuando el expresidente Richard Nixon impuso un aumento del 10 % en los impuestos a las importaciones mexicanas. Sin embargo, la medida tuvo una duración limitada y terminó fracasando.
Con esta experiencia en mente, México busca evitar un escenario similar y apostar por la negociación como la mejor herramienta para proteger la estabilidad económica y comercial entre ambas naciones.