El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anunció este martes que Rusia ha actualizado su doctrina nuclear para adaptarla al contexto internacional y a las amenazas emergentes. La medida, ratificada por el presidente Vladímir Putin, busca reforzar el mensaje de que la disuasión nuclear tiene como objetivo "garantizar que un adversario potencial comprenda la inevitabilidad de la represalia" en caso de agresión contra Rusia o sus aliados.
Peskov subrayó que "Rusia siempre ha considerado las armas nucleares como un medio de disuasión, no como una herramienta ofensiva", y aclaró que su uso está reservado para situaciones de extrema necesidad.
Posible respuesta a ataques con armas convencionales: En cuanto a la posibilidad de una respuesta nuclear ante el uso de misiles no nucleares suministrados por Estados Unidos a Kiev, Peskov indicó que "la agresión contra Rusia por parte de cualquier Estado no nuclear con el apoyo de un Estado nuclear se considerará un ataque conjunto". Esto significa que Moscú podría interpretar acciones combinadas como una amenaza directa.
La nueva doctrina también contempla el uso de armas nucleares bajo ciertas circunstancias, como:
- Recibir información fiable sobre el lanzamiento de misiles balísticos hacia Rusia o sus aliados.
- El uso de armas nucleares u otras armas de destrucción masiva contra territorio ruso o sus aliados.
- Un ataque enemigo contra instalaciones críticas que perturben la respuesta de las fuerzas nucleares rusas.
- Agresión con armas convencionales que amenace la soberanía o integridad territorial de Rusia o Bielorrusia.
- El lanzamiento masivo de medios de ataque aeroespacial que cruce la frontera estatal de Rusia.
Implicaciones internacionales: Peskov subrayó que la doctrina es clara y "debería ser objeto de un análisis profundo tanto en Rusia como en el extranjero". Los cambios reflejan el compromiso de Moscú con la disuasión, mientras advierten sobre las consecuencias de las tensiones y escaladas potenciales.
El ajuste doctrinal se produce en un contexto de crecientes tensiones internacionales, incluidas las preocupaciones por el uso de misiles de largo alcance suministrados a Ucrania y el apoyo militar de potencias occidentales, lo que podría impactar en el equilibrio de seguridad global.