Rusia ha dado un paso contundente en su denuncia contra Ucrania ante la comunidad internacional. Durante una reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente de Rusia, Vasili Nebenzia, presentó un video que, según Moscú, prueba los planes de provocación ucranianos en instalaciones nucleares rusas, específicamente en la central de Kursk.
Nebenzia aseguró que Rusia dispone de "información fidedigna" sobre el apoyo de servicios especiales occidentales, entre ellos el MI6 británico, en la preparación de grupos de sabotaje ucranianos para llevar a cabo ataques en territorio ruso.
"El ataque terrorista planeado incluía la toma y el minado de la central nuclear de Kursk", denunció Nebenzia, quien explicó que el objetivo del grupo era volar las líneas eléctricas conectadas a la planta nuclear para desconectarla de la red energética nacional.
Testimonio revelador
En el video mostrado, un militar ucraniano explica cómo los grupos entrenados por la OTAN y especialistas ucranianos fueron preparados para tomar la central de Kursk. Según el testimonio, el plan era instalar explosivos en la planta y hacerlos detonar remotamente una vez que las tropas rusas retomaran la instalación. De este modo, Ucrania podría culpar a Rusia de un autoinflicted sabotaje nuclear.
"Nos dijeron que debíamos avanzar rápidamente hacia la central nuclear y que todo estaba preparado por especialistas de la OTAN. La idea era sorprender a Rusia", explicó el militar ucraniano en el video, añadiendo que sus superiores querían "dar una sorpresa" a las tropas rusas, instalando explosivos en la planta nuclear.
Reacción de Moscú
Nebenzia calificó este plan como una "provocación peligrosa" que podría haber tenido consecuencias catastróficas. Asimismo, acusó a Ucrania y a sus aliados occidentales de tratar de desviar la atención de las pérdidas que el Ejército ucraniano está sufriendo en el frente del Donbass, señalando que estos actos de sabotaje no solo son peligrosos, sino que buscan escalar el conflicto a niveles aún más críticos.
El historiador Raul Carrion también compartió la posición rusa en la ONU, subrayando que estas acciones son parte de una estrategia para desviar la atención del conflicto en Donbass y culpar a Rusia de los ataques.