El 20 de septiembre de 2024, Volker Turk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denunció ante el Consejo de Seguridad la utilización de dispositivos de comunicación como armas en el reciente conflicto en Líbano. Turk calificó estos actos como posibles crímenes de guerra, señalando que violan el derecho internacional humanitario, que prohíbe el uso de artefactos trampa en objetos portátiles aparentemente inofensivos.
"El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de artefactos trampa en forma de objetos portátiles aparentemente inofensivos", afirmó Turk. El ataque, que tuvo lugar el 17 y 18 de septiembre, dejó más de 37 muertos y miles de heridos, con explosiones reportadas en todo el territorio libanés. Dispositivos como buscapersonas y 'walkie-talkies' fueron utilizados para sembrar el terror entre la población civil.
El grupo chiita Hezbolá y las autoridades libanesas señalaron a Israel como responsable del ataque, describiéndolo como una "agresión criminal". Hezbolá ha prometido represalias, lo que aumenta la tensión en una región ya cargada de conflictos. A su vez, Israel ha afirmado en la ONU que no busca una escalada total o un conflicto armado con Líbano.
Turk expresó su consternación por el impacto de los ataques y advirtió sobre las nuevas formas en que las herramientas de comunicación, tradicionalmente usadas para salvar vidas, están siendo manipuladas para causar destrucción. "Esto no puede ser la nueva normalidad", sentenció, subrayando la necesidad urgente de que la comunidad internacional condene y actúe contra estos métodos de guerra.