Un ataque devastador ha sacudido a Líbano tras la explosión de dispositivos beepers y walkie-talkies utilizados por miembros de la milicia Hezbolá, dejando al menos 32 muertos y más de 3,000 heridos entre el martes y miércoles. Según el Ministerio de Salud libanés, las primeras explosiones se registraron en el sur de Beirut, donde los aparatos electrónicos explotaron en los bolsillos de sus usuarios, generando una ola de pánico.
Las explosiones, descritas como uno de los ataques más devastadores en la historia reciente del país, ocurrieron mientras miembros de Hezbolá asistían a funerales de las primeras víctimas. La organización chiita y el gobierno libanés han señalado a Israel como responsable de la infiltración y alteración de los dispositivos electrónicos. Las autoridades israelíes, por su parte, no han emitido una declaración oficial sobre el incidente, pero el ministro de Defensa israelí confirmó que el país está en "una nueva fase de la guerra".
¿Cómo ocurrieron las explosiones?
Las explosiones comenzaron el martes a las 15:45 hora local en distintas áreas del sur de Beirut y otras zonas del país. Testigos reportaron haber visto humo salir de los bolsillos de las personas antes de que se produjeran pequeñas explosiones. Un video de vigilancia mostró a un hombre en un supermercado que sufrió la explosión de su beeper en su bolsillo mientras estaba en la caja registradora.
El miércoles, mientras se llevaban a cabo funerales por las primeras víctimas, nuevas explosiones sacudieron el país, esta vez por walkie-talkies que también estaban siendo utilizados por Hezbolá para evitar el rastreo de teléfonos móviles.
Acusaciones y posibles represalias
Aunque nadie se ha atribuido oficialmente la responsabilidad, Hezbolá ha señalado a Israel, acusándolo de manipular los dispositivos. Funcionarios de inteligencia citados por medios internacionales indican que se trató de una sofisticada infiltración en la cadena de suministro de hardware, permitiendo a Israel implantar explosivos en los aparatos antes de que llegaran a manos de los militantes de Hezbolá.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, calificó las explosiones como una "grave violación de la soberanía libanesa", mientras que el grupo armado prometió represalias. "Este enemigo traicionero recibirá su castigo", declararon los líderes de Hezbolá.
Implicaciones para el conflicto regional
El incidente ha tensado aún más las relaciones entre Israel y Hezbolá, aumentando las probabilidades de una escalada violenta. La ONU ha expresado su alarma, advirtiendo sobre el riesgo de una "escalada dramática" en Líbano. La división del ejército israelí ha sido trasladada desde Gaza a la frontera con Líbano, mientras que Hezbolá enfrenta presión para responder con fuerza.