El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, ha revelado el objetivo principal de la incursión en la provincia rusa de Kursk, que comenzó el pasado 6 de agosto. En su mensaje diario publicado en su canal de Telegram, Zelenski declaró que la misión principal de la operación es "destruir al máximo el potencial ruso, el potencial de guerra, y llevar a cabo la máxima labor de contraataque". Según el líder ucraniano, esta ofensiva incluye la creación de una "zona de amortiguamiento en el territorio del agresor".
Zelenski también subrayó que todas las acciones que debiliten al Ejército, el Estado, la industria de defensa y la economía rusas contribuirán a frenar la expansión del conflicto y a "acercar su justo fin".
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha proporcionado una actualización sobre las pérdidas que esta operación ha infligido a las fuerzas ucranianas. Según los datos más recientes, en la última jornada las fuerzas ucranianas han perdido más de 300 efectivos y 27 vehículos blindados, incluidos seis tanques. En total, las pérdidas ucranianas durante los combates en la zona fronteriza de Kursk ascienden a 3.460 militares, 50 tanques y una gran cantidad de vehículos y equipos militares, incluidos sistemas de misiles antiaéreos y lanzamisiles múltiples.
El presidente ruso, Vladímir Putin, comentó que el régimen de Kiev intentó con esta incursión fortalecer su posición en posibles negociaciones, pero señaló que no hay nada de qué hablar con una parte que ataca a civiles e instalaciones nucleares. Putin acusó al régimen ucraniano de cometer crímenes no solo contra el pueblo ruso, sino también contra los propios ucranianos, en lo que describió como un camino hacia el exterminio de su propio pueblo.