El ministro de Defensa de Israel, Yoav Galant, lanzó severas críticas contra el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gabir, por su intención de permitir a los judíos rezar en la mezquita de Al Aqsa. Este lugar sagrado, conocido entre los judíos como el Monte del Templo y entre los musulmanes como la Explanada de las Mezquitas, ha sido un punto de tensión debido a las actuales restricciones que permiten el acceso solo a musulmanes para fines religiosos.
En una conferencia en el Knéset, Ben Gabir calificó estas restricciones como un ejemplo de "racismo" y abogó por permitir el acceso sin restricciones a los judíos, incluso en 'shabbat'. Sus comentarios han sido criticados como "blasfemos" por el ministro del Interior, Moshe Arbel, y "peligrosos" por Galant, quien advirtió sobre el riesgo de incendiar Oriente Medio.
La mezquita de Al Aqsa es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, después de La Meca y Medina, y también es significativa para los judíos, quienes creen que allí debe construirse el Tercer Templo. El 'statu quo' actual permite visitas de no musulmanes pero prohíbe rezos de otros credos, una norma que Ben Gabir busca cambiar.
Esta polémica ha aumentado las tensiones en la región, con varios miembros del gobierno y la sociedad civil preocupados por las posibles repercusiones de alterar el delicado equilibrio en uno de los sitios más sagrados del mundo.