NACIONES UNIDAS.– En una sesión especial del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el canciller dominicano Roberto Álvarez volvió a advertir que la crisis humanitaria y de inseguridad que afecta a Haití es sin precedentes, por lo que es menester abordarla con la urgencia que amerita el caso.
“No hay tiempo que perder. Apelamos, una vez más al Consejo de Seguridad a que utilice todos los recursos y medios a su alcance, para revertir el curso de esta situación y evitar de forma efectiva que la misma desborde las fronteras de nuestro vecino país”, exclamó el diplomático dominicano al afirmar que este es un reclamo que hacen once millones de haitianos ante el único organismo multilateral que tiene el mandato y la responsabilidad de realizarlo.
Dijo que el mandato de este Consejo es claro, que es mantener la paz y la seguirdad internacionales, pero agregó que este principio jamás será posible si un ciudadano no puede darle a su vecino un abrazo fraterno en paz, como hoy en Haití, alimento escensial del espíritu humano
El ministro de Relaciones Exteriores recordó que República Dominicana ha manifestado su respaldo y ha actuado acorde a la solicitud de ayuda hecha por el primer ministro de Haití, Ariel Henry.
Asimismo, destacó que el país apoya firmemente un régimen de sanciones y de embargo de armas que sean aprobadas por el Consejo de Seguridad, contra individuos e instituciones, tal y como ya hizo el Gobierno dominicano.
“Como si tales calamidades fueran pocas, ha surgido un brote epidémico de cólera en Haití que podría significar la pérdida de miles de vidas adicionales. Por su forma de propagación y nefastos efectos, producidos en el pasado reciente, la comunidad internacional debe actuar con presteza”, acotó el canciller Álvarez.
Estados Unidos y México informaron ayer que están preparando una resolución de la ONU que autorizaría una “misión de asistencia internacional” para ayudar a mejorar la seguridad en Haití a fin de que se pueda entregar ayuda humanitaria urgente a millones de personas necesitadas.
La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield realizó el anuncio durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas mientras miles de personas en Haití salían a las calles para exigir la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
Las protestas se llevaron a cabo el día en que el país conmemora la muerte de Jean-Jacques Dessalines, un esclavo que se convirtió en el gobernante de la primera república negra del mundo. Las gasolineras permanecen cerradas y los hospitales redujeron sus servicios.
Thomas-Greenfield dijo que la misión propuesta —la cual “no es de la ONU”— sería por tiempo y alcance limitado y estaría encabezada por un “país aliado” que no fue identificado “con la experiencia amplia y necesaria requerida para que una labor así pueda ser efectiva”.
Incluiría un mandato para el uso de la fuerza militar. La resolución es una “respuesta directa” a una solicitud que Henry y el Consejo de Ministros de Haití presentaron el 7 de octubre para recibir asistencia internacional con el fin de atenuar la crisis humanitaria.
Rusia y China
Rusia y China mostraron ayer ante el Consejo de Seguridad sus reservas al envío a Haití de una fuerza de intervención ajena a la Organización de las Naciones Unidas y que apoyan varias potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza.