Por: Evaristy Jiménez, Abogado.
Cada vez que en el país se presentan casos que estremecen a la sociedad, salen voces a poner en la opinión pública el tema de que se deben endurecer las penas y hasta quitarle la vida al infractor de las normas, cosas que no tienen sentido desde que el incremento del razonamiento y el aumento de nuestro coeficiente como especie humana.
Cuando las grandes civilizaciones fueron creando los cimientos de las columnas de los valores de occidente y que culminaron con la creación del sistema presidencialista en América del Norte, en la mayoría de naciones se abolió la esclavitud y se inició el proceso de abolición de la pena de muerte.
Estas acciones de abolir la esclavitud y la pena de muerte son una consecuencia del incremento de los derechos y deberes de la especie humana con relación al goce y disfrute de elegir y ser elegible, derecho que tardó un tiempo mayor para ser universal, pero que a principios y mediados del siglo xx se lograron.
Entonces, en nuestra sociedad que es una República constituida como un Estado Social y Democrático de Derecho consagrado en el artículo 7 de la Constitución , es absurdo querer cortar por la tangente los problemas acumulados de un pasivo dereivindicacioness sociales que como Estado y Sociedad tenemos pendiente.
Mientras tengamos un Estado que no genera las oportunidades equilibradas a todos sus componentes sociales, no podemos justificar los elementos que fortalecen a las clase dominante, mientras el país no tenga un servicio de educación, salud y laboraljusto,o no es posible que impere el concepto de pena de muerte que viola el principio constitucional del artículo 7 y del 37 de nuestra carta magna.
Ahora bien, independiente de eso, el Estado sigue siendo el que tiene los monopolios esenciales para mantener la paz social y el equilibrio entre todos los componentes de la sociedad y no puede bajo ningún alegato dejar de fortalecer el sistema del monopolio de la fuerza a través de las Fuerzas Armadas y la Policía como órganos del Estado y el otro monopolio que es el relativo a la estructura económica como símbolo del intercambio entre su ciudadanos para el buen vivir, que al final es el único objetivo fundamental que tiene la existencia del Estado como órgano supremo de la convivencia general de nuestra especie y es, por lo tanto, lo que debemos preservar para las presentes y futuras generaciones.