Hay muchos aspectos del sistema de seguridad social en los que hay que poner orden, uno de esos aspectos es la supervisión y evaluación continua a las aseguradoras de riesgo de salud, ARS. La ley 87-01, al parecer es solo para algunos menos para ellas, pacientes y médicos pasando el “Niágara en bicicleta” como dice la canción.
En un sistema como el nuestro, dominado por las intermediarias, es cuando nos preguntamos ante estos tiempos de muchos conflictos, ¿dónde están las instituciones rectoras del sistema? y un etcétera larguísimo. Pacientes con múltiples dificultados en diferentes aspectos de su atención, médicos con grandes inconvenientes, con glosas, con pagos inadecuados, con tiempos de pago fuera de ley y al parecer a nadie le interesa.
Declaraciones del ejecutivo de ADARS hemos visto en la prensa y consideramos que la confrontación no debe ser la vía de solución con los médicos, tampoco creemos que la solución del servicio de sus afiliados sea la indiferencia, pero debo decir que me sorprende la pasividad con la que algunas instituciones ven de “lejos” estos conflictos y no hemos visto señal de intervenir, ¿por qué la SILSARIL no media entre las actuaciones de las ARS y los reclamos de los médicos y pacientes? …dejaré esta pregunta por aquí y me iré lentamente.
Pues con la marea alta como está, se están viendo afectados dos actores fundamentales en el sistema de seguridad social: la razón de ser del mismo, los pacientes y los que con su preparación llevan salud a cada ciudadano, los médicos.
Imagino que solo nos resta decir, ¿Quién podrá defendernos? Como aquel famoso personaje de Chespirito.