El mundo de la moda está de luto por la muerte de uno de sus grandes referentes, Roberto Cavalli. El fundador de la firma homónima que ha vestido a personalidades de todo el mundo y tiene como seña de identidad el exceso, la elegancia exótica y los estampados, ha fallecido en su Florencia natal a los 83 años tras una temporada marcada por sus problemas de salud. A su lado estaba Sandra Bergman Nilsonn, que tenía 44 años menos y fue Miss Suecia en 2006. La modelo era su apoyo incondicional desde hace más de una década y la persona con la que se convirtió en padre por sexta vez hace exactamente doce meses.
El pequeño Giorgio (nombre que le puso en homenaje a su padre) llegó en una etapa de calma y fue la mejor demostración de que el amor de sus padres "ha vencido a todo". De Sandra decía que le había hecho superar todos los obstáculos y contó que la modelo incluso durmió en el suelo del hospital para acompañarle en uno de sus ingresos. Cavalli le regaló la isla de Stora Rullingen, ubicada frente a las costas de Suecia y valorada en más de dos millones de euros.
Aunque siempre pendiente de sus negocios y de las grandes citas de la moda, el diseñador disfrutaba en esta sexta paternidad de una vida más relajada que cuando nacieron sus otros cinco hijos. Durante su primer matrimonio con Silvanella Giannoni tuvo a Tommaso y Cristiana. Volvió a casarse con Eva Düringer, madre de Robert, Rachele y Daniele, y también persona clave en su carrera. No en vano, su segunda esposa, finalista de Miss Universo, fue su mano derecha y con ella vivió una de las épocas más importantes de la firma, que pasó a convertirse en un auténtico imperio. De todas las mujeres que formaron parte de su historia hablaba con cariño y admiración.
A pesar de ser un referente, él mismo contaba que no se consideraba diseñador. "No hay que llamarme diseñador porque nunca he sido capaz de esbozar una silueta. Mi talento tiene que ver con hacer que las telas y las mujeres sean especiales. Mi sueño es hacer vestidos que cambian la vida de las mujeres. Los más hermosos tienen ese poder", aseguraba en su autobiografía, titulada Just Me y publicada en 2013. En esa época, dos años antes de dejar la dirección creativa de su marca, comentó: "Me gustaría que la moda volviera al pasado". Y es que consideraba que el sector se ha transformado y ya no se rige por los mismos valores.
Una historia de superación y autenticidad
Detrás de este icono que ha marcado para siempre el mundo de la moda, se escondía una historia marcada por la superación y también por la tragedia. Cuando tenía tres años, su padre fue asesinado y la imagen del momento en el que se lo llevaron para ya no volver nunca más le han acompañado hasta el fin de sus días. En su etapa como estudiante, Cavalli (15 de noviembre de 1940) tenía problemas de concentración y hasta los 20 años tartamudeaba. Pero nada le impidió graduarse en la Academia de Florencia y adentrarse poco a poco en su gran pasión, de la que hizo su profesión.
Su debut se produjo en los 70 y en ese momento ya dejó claro que llegaba para revolucionar la moda. Desde el inicio quedó clara su seña de identidad, esa que le ha acompañado en cada colección. Y es que antes de lanzar su primera colección ya creó un novedoso proceso de estampación sobre cuero. Esa técnica de patchwork la aplicó a las prendas usadas, principalmente vaqueros, que comenzó a vender en una tienda de Saint-Tropez. Aquel comercio se hizo viral cuando aún no existían las redes y entre sus clientes se encontraban desde Mick Jagger a Brigitte Bardot. Ahí se sitúa el inicio de una larga carrera que ha marcado para siempre la industria que hoy llora la muerte de uno de sus genios.