Una comisión de derechos humanos del Estado de Brasil pidió oficialmente "perdón" este martes (02.04.2024) por la "persecución" infligida a los pueblos indígenas, en un acto inédito tras el fin de la dictadura militar en 1985.
En concreto, la acción va dirigida a los pueblos krenak y guarani-kaiowá, por la "persecución perpetuada por el Estado brasileño" de 1946 a 1988, afirmó la presidenta de la Comisión de Amnistía del Ministerio de Derechos Humanos, Eneá de Stutz e Almeida.
El periodo incluye a la dictadura (1964-1985), cuando pueblos originarios fueron forzados a salir de sus tierras. Las personas krenak fueron expulsadas de su territorio, a orillas del Rio Doce en Minas Gerais (sudeste), alrededor de 1970, durante el régimen militar.
"En nombre del Estado brasileño quiero pedir perdón por todo el sufrimiento que pasó su pueblo", dijo en el acto Almeida, arrodillada frente a Janina Krenak, una líder de esa etnia. La funcionaria aclaró que esto no contemplaba sólo "lo que sucedió durante la dictadura" sino también "la persecución que en los últimos 524 años" los pueblos originarios "sufrieron por cuenta de la invasión de los no indígenas".
"No vamos a reparar 500 años de persecución", pero "al menos traer algún tipo de confort, reconocimiento y homenaje", agregó Almeida.
El inédito reconocimiento -aprobado por unanimidad- no conlleva reparaciones para esos pueblos originarios, que quedarán oficialmente como "amnistiados políticos colectivos". Incluye, en cambio, un listado de recomendaciones dirigidas a otros entes públicos, especialmente con relación a la demarcación de tierras indígenas, un asunto que estuvo estancado bajo la presidencia de Jair Bolsonaro (2019-2022) y que se reanudó bajo la gestión de su sucesor Luiz Inácio Lula da Silva, iniciada en 2023.
Según datos gubernamentales, las reservas indígenas ocupan el 13,75% del territorio de Brasil. En el país, viven 1,7 millones de indígenas, equivalente al 0,83% de los 203 millones de habitantes, según el censo.