El encarecimiento del café en EE.UU. empujó a Trump a buscar diálogo con Lula tras meses de tensiones y medidas arancelarias.
Washington / Brasilia. — Lo que comenzó como un enfrentamiento comercial terminó con una taza de café sobre la mesa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvieron una reunión por videoconferencia este lunes, en medio de una crisis económica provocada por los altos precios del café en el mercado estadounidense.
Según medios locales, el encarecimiento del café fue el principal factor que llevó a Trump a buscar el acercamiento con Lula, luego de meses de tensiones diplomáticas y de la imposición de un arancel del 50 % a los productos brasileños.
Durante el encuentro, Trump habría admitido que Estados Unidos está “echando de menos” el grano brasileño, un reconocimiento que marca un giro en la política comercial del republicano. Brasil es el mayor proveedor de café del mercado estadounidense, y la medida arancelaria impactó directamente en los precios al consumidor.
El resultado fue inmediato: el café alcanzó su mayor aumento en 14 años, con un incremento del 3,6 % en agosto, nueve veces superior al promedio inflacionario del mes. Esta situación no solo generó malestar entre los consumidores, sino también presión política interna en la Casa Blanca.
Lula, por su parte, calificó los aranceles de “injustos” y celebró el inicio de un diálogo que podría reabrir el comercio entre ambos países. “Brasil está dispuesto a colaborar, pero con respeto y equilibrio”, habría dicho el mandatario brasileño, según fuentes de Planalto.
El tema trasciende la diplomacia. Estados Unidos es el mayor consumidor e importador mundial de café, un producto que no puede producir a gran escala. De acuerdo con asociaciones locales, cada estadounidense bebe en promedio tres tazas al día. La dependencia del grano brasileño y la presión del mercado interno hicieron que Washington reconsiderara su política comercial.
Con esta videoconferencia, Trump y Lula parecen haber abierto la puerta a un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, donde una bebida cotidiana se convirtió en protagonista de una negociación global.