Puerto Príncipe.– “Tendremos que ajustar el precio del combustible”, dijo ayer el primer ministro de Haití, Ariel Henry, en un discurso a una nación con un vacío de poder que ve cómo escasean los combustibles, cómo se han disparado los precios de los productos básicos y el transporte público y cómo la violencia se adueña de las calles.
Los habitantes del país más pobre de América ya paga por el combustible en el mercado informal hasta 16 dólares por galón, lo que repercute sobremanera en la vida diaria y ha llevado a los haitianos a protagonizar protestas antigubernamentales por todo el territorio, que se han saldado con al menos cinco muertos y heridos.
Ante esta situación, Henry insistió en que “la solución a los problemas del país no pasa por barricadas en llamas, desórdenes y la destrucción de los cristales de los automóviles o de los bienes de la gente” y aseguró que la justicia perseguirá a quienes cometan este tipo de actos.
“Queremos que el combustible esté disponible en todo momento en los surtidores de todo el país. Estamos trabajando en ello. En un tiempo no muy lejano deberíamos volver a encontrar combustible con regularidad”, subrayó Henry en su intervención.
Estado destina más de 427 millones de dólares a la subvención de los combustibles.