El secretario del Departamento de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha declarado este lunes en rueda de prensa que Washington está monitoreando la situación tras el ataque de Ucrania contra el puente de Crimea, que conecta la península homónima con el territorio continental ruso, y que Moscú ha calificado de "atentado terrorista".
"Es una situación que estamos monitoreando. No tengo nada en particular para detallar al respecto. Puedo decir que, como regla general, por supuesto, Ucrania tiene que decidir cómo lleva a cabo esta guerra en defensa de su territorio, su gente, su libertad", subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Mientras, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Washington no se encarga de "determinar la legitimidad o ilegitimidad de los objetivos que atacan los ucranianos". "Crimea es Ucrania. […] Ellos mismos determinan los objetivos", resumió.
Desde el Comité Antiterrorista Nacional ruso detallaron que Kiev utilizó drones de superficie en el ataque contra el puente registrado la madrugada del lunes, que dejó dos personas muertas y una menor herida. Tras la explosión, se paralizó el tráfico vehicular, a diferencia del transporte ferroviario.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, calificó el ataque de "crimen sin sentido", ya que —recordó— el puente ya no se utiliza para el transporte de equipos militares. Asimismo, aseveró que "habrá una respuesta" por parte de Moscú.
Suspensión del acuerdo de granos
Por otra parte, el secretario de Estado estadounidense criticó la decisión de Moscú de suspender su participación en el acuerdo de granos y acusó a Rusia de "usar alimentos como armas". "Será más difícil conseguir alimentos en lugares que los necesitan desesperadamente y los precios subirán. La conclusión es que [la decisión rusa] es inconcebible", resaltó.
Por su parte, Kirby enfatizó que las sanciones estadounidenses "no van dirigidas, contrariamente a lo que dice la propaganda rusa, contra los alimentos y fertilizantes rusos". Asimismo, instó a Rusia a "revertir esta decisión peligrosa".
Desde la Cancillería rusa explicaron esta misma jornada que Moscú se opone a la prórroga del convenio debido al incumplimiento de las obligaciones estipuladas en el documento para desbloquear las exportaciones de cereales y fertilizantes rusos a los mercados. Asimismo, el Ministerio de Exteriores argumentó que, pese a que el acuerdo se selló en julio de 2022 con el objetivo de reducir la amenaza de hambruna y de ayudar a las naciones más pobres, más del 70 % de los 32,8 millones de toneladas exportadas se enviaron a países de renta alta y media-alta, incluida la Unión Europea.
Paralelamente, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, aseguró que Moscú reanudará inmediatamente la aplicación del acuerdo en cuanto se cumplan las condiciones de Rusia.