Muchos de los países en desarrollo más grandes y poderosos del mundo se están volviendo cada vez más antioccidentales y antiestadounidenses, actitud que encuentra su origen en el fenómeno del "ascenso del resto", informó The Washington Post a principios de este mes.
"Durante las últimas dos décadas, se ha producido un gran cambio en el sistema internacional. Los países que alguna vez fueron populosos pero pobres han pasado de los márgenes al centro del escenario (…) Antes representaban una parte insignificante de la economía mundial, pero ahora estos 'mercados emergentes' alcanzan la mitad. Sería justo decir que han aflorado", rezó el informe.
A medida que estos países se han vuelto económicamente fuertes, políticamente estables y culturalmente orgullosos, también se tornaron más nacionalistas, y este nacionalismo a menudo se define en oposición a los países que dominan el sistema internacional, es decir, Occidente, escribió el diario estadounidense.
El "nuevo mundo" no se caracteriza por el declive de Estados Unidos sino por "el ascenso del resto", de aquellos que alguna vez fueron "peones en el tablero de ajedrez" pero ahora son jugadores y tienen la intención de hacer sus propias jugadas, guiadas por propios intereses.
"No serán fáciles de intimidar o engatusar. Hay que persuadirlos, con políticas que se practican en casa y no solo se predican afuera. Navegar por este escenario internacional es el gran desafío de la diplomacia estadounidense", agregó.
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